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El general Maza

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Ecos de la Historia Agencia de Noticias Vieja Clío.   Mompós, 1847. E l general Maza Gonzalo Buenahora L a agencia noticiosa Vieja Clío consigna con verdadera consternación que ayer, miércoles 14 de julio, bajo un sol canicular (39 grados a la sombra), a los 55 años de edad, falleció en la ciudad de Mompós Hermógenes Maza, connotado general de brigada del Ejército Libertador. Dicen por ahí que Maza fue un papanatas jactancioso, agresivo y vulgar, cruel e inhumano, un ebrio perenne de alcohol y de sangre, para quien lo único importante eran la venganza, la represalia y la retaliación. Un presuntuoso de la peor ralea. Pero también se piensa que es a hombres como él, a quien la Patria debe su liberación. Bravo y valeroso en cuanto combate participó, en respuesta al terror con el que los españoles intentaban desbaratar el movimiento independentista, Hermógenes Maza reaccionó con un ímpetu tal, que se vieron obligados a escribir del guerrero con relación a sus campa

El pecado de ser original. Una semblanza de Simón Rodríguez

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Una semblanza de Simón Rodríguez Eduardo Galeano       E n América Latina, las esta­tuas que faltan son casi tantas como las estatuas que sobran. Una de las que faltan, o por lo menos escasean, es la de don Simón Rodríguez , llamado “El loco”. Este personaje de la primera mitad del siglo X1X parece de la semana pasada. Por ser digno de tanta memoria, ha sido condenado al olvido el hombre que cometió el imperdonable pecado de ser ori­ginal. “Usted, maestro mío, me enseñó la libertad. Usted ha formado mi co­razón para lo grande y lo hermoso”, le escribió el otro Simón, Simón Bolívar. A fines del siglo XVIII, los dos Simones cabalgaban por la llanura venezolana. Antes de dormir bajo los árboles, don Simón tomaba la lección al jo­ven Bolívar. En 1797, en el puer­to de La Guayra, Bolívar  despidió a su maestro, que se marchó, disfrazado y con otro nombre, al exi­lio en Europa. La primera conjura por la independencia había fracasado y los amigos de don Simón se ba­lanceaban

A propósito de la serie televisiva La Pola

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A Propósito de la serie televisiva de “La Pola ” Mario Delgado Carolina Ramirez como La Pola enfrenta  al chapetón Sámano,  el actor español Manuel Navarro E n un país con poca memoria como Colombia bien vale el éxito de una telenovela o, más bien de una ficción histórica, en televisión como La Pola. De Policarpa Salavarrieta mis referentes eran escasos: las lecturas entrecortadas en los años del bachillerato, el parque principal en Ipiales, un municipio de Nariño, el billete de dos pesos y luego el de diez mil, la estatua que existe en Bogotá y que la he visto siempre de pasada en medio de un estanque y el nombre masculino de algunos compatriotas costeños. No hay calles que yo recuerde con el nombre de La Pola. Al contrario de muchas ciudades de América y de Europa donde las calles llevan el nombre de personajes y de hechos contundentes de su historia, en Colombia se nombran por anodinos números que poco significan. Pocas lo llevan como la Caracas en Bogotá o la Playa