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El mal menor ( Un relato electoral)

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  El mal menor A Rafael Albán Mario Delgado Noguera E sa tarde por el firmamento de la ciudad blanca pasaban algunas nubes parsimoniosas que contrastaban con la agitación que se aposentaba en el Teatro Obrero. Eran cielos tranquilos que hacían pensar que la vida puede transcurrir fácilmente. Pero no, la decisión era difícil y definitiva, como elegir entre la vida y la muerte. La cuestión era apoyar al candidato que proponía desarrollar un proceso de paz con la guerrilla aunque fuera un conspicuo representante de la plutocracia dinástica colombiana y sus gobiernos de corte neoliberal, o no hacer nada y dejar pasar al representante de la casta terrateniente, de los narcotraficantes y los cristianos fundamentalistas. La misma disyuntiva se presentaría unos años después con un plebiscito que no debió ser, que en exceso de legitimidad se llevó a cabo sin una adecuada dirección y con un exceso de confianza.. La guerrilla más antigua del continente, había nacido sesenta o setenta años atrás

Popayán, 1980

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Mario Delgado La vida es apenas un puñado de gestos... Piedad Bonnet É ramos, entonces, una generación de ojos abiertos, de amigos no tan amigos que hablaban de palabras recobradas en las esquinas de la ciudad blanca -un desmesurado parque para gozar de la noche y el peso del vino en la mano para alargar el instante demasiado finito-. Éramos, sí, un corazón en cada frase. Golpeábamos por eso el alma de los muertos y de los próceres viejos de la patria. Pero también teníamos la tristeza de saber que las buenas conciencias se malgastan y se pudren en el tiempo. Popayán, 1980 W e were, then, a generation of open eyes, not-so-friendly friends speaking of recovered words in the corners of the white city —an immense park to revel in the night  and the weight of wine in hand to prolong the all-too-finite moment. Yes, we were a heart in every sentence. For that, we struck the souls of the dead  and the old leaders of the homeland. But we also had t