Reseña histórica del cerro de las Tres Cruces de Popayán

 
Gonzalo Buenahora Durán
La cordillera Occidental desde las Tres Cruces
A los conquistadores y cronistas, una de las cosas que les llamó la atención del valle donde iba a surgir la ciudad de Popayán, fue el cerro recostado contra la cordillera Central que tenía forma de M. Tal vez por esa causa decidieron ubicar la plaza de la ciudad enfrente de él. El cerro estaba tupidamente poblado de bosque primario, y hacia allí los indígenas que vivían sobre la suela plana (el templo estaba localizado en el llamado Azafate de Moscopán, más al sur), escaparon apenas tuvieron noticia de españoles en sus predios. Desde el cerro de la M los indios “daban grita” infructuosa sobre los recién llegados, mientras aquellos (los soldados de las huestes de Ampudia y Añasco) merodeaban por el lugar y evaluaban la posibilidad de pernoctar. Lo trataron de hacer el el templo del Azafate, que era de guaduas vivas tan gordas como la cintura de un hombre, pero no pudieron porque las niguas no lo permitieron. Así, los militares europeos se retiraron de la montaña y fueron a buscar donde acampar a orillas del Cauca. Y es posible que esos hombres esa noche comentaran lo acaecido en la jornada y en sus mentes se destacara la rara forma del cerro de la M. 

Lo más curioso de todo es que ello sucede desde todos los puntos cardinales. El cerro de la M tiene esa forma por lo menos desde tres costados, desde el norte, el occidente y el sur. Basta observarlo. Era evidente que la pirámide que se levantaba en su sector occidental, de cara al valle, era parte consubstancial del cerro, y su carácter ritual se reforzaba porque allí, detrás del monumento ritual, enterraban a sus muertos. Existen en el Archivo Central del Cauca varios documentos en los que payaneses ambiciosos y curiosos pedían permiso al cabildo de la ciudad para “guaquear” en inmediaciones del cerro.
Durante la época colonial, fuera de esas esporádicas excavaciones en busca de oro, el cerro de la M fue respetado (no se construyeron viviendas), tal vez por el hecho que en él nacían algunas quebradillas que iban a caer al río Molino, uno de los que con el río Ejido cruzan a Popayán para caer al Cauca, otro factor importante que debió inducir a los conquistadores a fundar una ciudad en el lugar. 

No se sabe (sería objeto de investigación) cuándo el cerro cambió de nombre y adoptó el de las Tres Cruces (concomitante con la aparición de tres cruces en su cima), pero debió ser algo reciente y relacionado con las festividades de la celebración del 1º de mayo y las procesiones del Santo Eccehomo de Belén. Es un hecho indiscutible que el cerro de la M se había convertido en cerro tutelar de Popayán. Pero esto es mera especulación que es necesario corroborar.

A finales de la década de 1920 se produjeron cambios significativos en la vida de Popayán como ente urbano:

• En 1926 se abrió al público la línea férrea Cali-Popayán.
• En 1927 se inauguró el Moderno Acueducto de Tulcán. 
• En 1928 se puso en funcionamiento la Hidroeléctrica de Coconuco.
• El Cerro de las Tres Cruces institucionalmente comenzó a formar parte
del patrimonio ambiental de la ciudad y también a manifestarse como muy
vulnerable.

Es conocido, pero hay que investigar a fondo, que una señora de apellido Arbeláez donó los terrenos, que todavía estaban vacíos, a la gobernación del Cauca con el objeto de conservar y mantener los nacimientos de las quebradas que nacían allí. Una somera mirada instruye que tales quebradas prácticamente han desaparecido, salvo durante los crudos períodos de invierno.

En 1948 el gobernador del Cauca, Edgard Simmonds Pardo, ordenó la construcción del actual carreteable que comienza en el Pueblito Patojo (antes la antigua Piscina Municipal) y termina en la Industria de Licores del Cauca, al comienzo de la calle de La Pamba, y de esa manera tal vez se abrió el camino para la invasiones ulteriores. Es conveniente establecer con precisión cuándo aparecieron a los pies del cerro de la M o de las Tres Cruces, las instalaciones de la Industria Licorera del Cauca, la Piscina Municipal con la casona correspondiente, las residencias Universitarias, el templo de Belén y los barrios Caldas y El Refugio. La investigación arrojaría resultados sorprendentes.

El hecho es que a fines de la década del 60, durante la gobernación de Josefina Angulo de Garrido, se quiso defender el cerro y se aprobó una ordenanza por parte de la Asamblea Departamental en la que se le daba categoría de Parque natural con presupuesto propio, adscrito a la Secretaría de Agricultura –asunto que nunca se cumplió-. Con posterioridad el cerro se entregó en comodato a la Industria Licorera del Cauca y comenzó la paulatina penetración de familias que ocuparon terrenos, construyeron viviendas y se asentaron. Después vino la erección de las antenas y el daño al paisaje.

La cúpula de la catedral de Popayán y la cordillera Occidental


Comenzando la década de 1990 hubo voluntad política por parte de la Alcaldía de Popayán, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de la ciudad y la CRC, las que por medio de convenios interinstitucionales ejecutaron algunas obras a través de la Fundación Grupo Ecológico del Cauca (FUNDAGEC). Pero esto no duró mucho, ya que las siguientes alcaldías no solamente no le dieron importancia al cerro sino que, como se expresó, autorizaron la instalación de enormes antenas que producen contaminación visual y ocupan un espacio respetable.En los últimos años la CRC acondicionó los senderos naturales, afirmándolos, y construyó a lo largo del sendero pasamanos, puentes y miradores en guadua.
El examen de las fuentes y el trabajo dentro de la tradición oral otorgarían una visión más completa de este proceso histórico que ha afectado y afecta uno de los parajes más bellos, frágiles y beneficiosos de la ciudad de Popayán, pues el Cerro de la M o de las Tres Cruces a lo largo del tiempo ha sido seriamente deteriorado por las numerosas quemas que sistemáticamente se producen cuando comienza el verano, así como por las prácticas agronómicas inadecuadas utilizadas por los actuales pobladores, la siembra de cultivos erosivos en pendientes fuertes y la práctica de la ganadería extensiva.
Nota a septiembre 29 de 2012: El cerro está en franco deterioro. En El Liberal, periódico de Popayán, se ha denunciado que hay nuevas invasiones  e inseguridad para los caminantes y senderistas. El cuidado del Cerro depende de la CRC y de la Gobernación del Cauca.
Mirardor del Norte destruido
Nota a agosto 18 de 2013: El verano ha sido benigno en Popayán con algunas lluvias y eso ha impedido los incendios. El sendero suroccidental se restauró lo mismo que el mirador. Una nota reciente del diario el Nuevo Liberal da cuenta del estado y de algunos compromisos de la alcaldía. Sin embargo siguen los asentamientos en el sector de Pomona y construcciones en la cúspide del cerro. En el primero la Universidad del Cauca debe poner su interés puesto que esos terrenos le pertenecen y corresponden a nacimientos de agua, donde son visibles los guaduales. 
Nota al 29 de julio de 2023: Este relato sobre el Cerro se encuentra en el libro de Gerardo Paz Otero: "La ciudad (de Popayán) se aprovisionaba de aguas naturales conforme el siguiente relato de 1737 de los emisarios reales don Jorge Juan Comendador de Aliaga, en Orden de San Juan, socio de la Real Academia de las Ciencias de París, y don Antonio Ulloa, de la Real Sociedad de Londres, ambos capitanes de fragata de la Real Armada, quienes enviados por su majestad el Rey de España e Indias, Felipe V, hacían observaciones para determinarla forma de la tierra:

 "Del cerro de la Eme sale un arroyo, cuyas corrientes, haciendo tránsito por la ciudad, contribuyen a su limpieza y aseo; porque arrastran sus aguas todas las inmundicias, y dividiéndose con él en dos partes la población, se facilita la recíproca comunicación de una con otra por medio de dos puentes, de los cuales el uno es de piedra (Puente Chiquito), y el otro de madera; llámase este río del Molino, y sus aguas son muy saludables y medicinales por contraer la virtud de muchos árboles de zarza por donde pasa. También sale del mismo cerro un ojo de agua muy delicada y buena; aunque no en cantidad tan crecida, que sea suficiente para dar abasto a toda la ciudad; y así se reparte en las fuentes de los conventos de monjas y en un c0rto número de casas particulares; siendo las que participan de este beneficio aquellas primitivas y más acomodadas".

 


Sendero restaurado


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Video: http://www.youtube.com/watch?v=g5Nf3XiDB3A&feature=g-upl
Destrucción de los cerros tutelares de Popayán http://www.casadelcauca.org/2014/02/sos-destruccion-de-los-cerros-tutelares-de-popayan/
Es urgente la intervención en los cerros titulares. Editorial del diario El Liberal 2019 https://elnuevoliberal.com/editorialelnuevoliberal-la-urgente-intervencion-a-los-cerros-tutelares/
 

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