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Mostrando las entradas etiquetadas como Carlos Fajardo

El poeta de L’Isle-sur-la-Sorgue

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  Carlos Fajardo Para Katy Ripplinger y Hebert Cruz en su provenzal Céreste “ T ierra en la que no duermo, espacio donde despierto, quién vendrá cuando vosotros ya no estéis? (en qué me convertiré tiene para mí un calor casi infinito)”. Estos versos de René Char me guiaron hasta su tierra natal, donde sabía que entendería algo de su misterioso abecedario poético, algo de su lúcida aparente oscuridad en medio de tanto abismo. Tierra de vigorosos y robustos platanes, cipreses, viñedos, con llanuras de tomillo y lavanda de donde extrajo su poesía lúcida y secreta, y donde lo escucho decir: “El espacioso rayo y el fuego del beso traerán paz a mi tumba que erigió la tormenta”. Rene Char Con estos versos de su hermoso poema “El árbol herido” una tarde de septiembre me he situado ante su sencilla tumba en el cementerio de L’Isle-sur-la-Sorgue, tratando de descifrar sus santos y señas, imágenes lanzadas como dardos por este sonoro alquimista. Tallados en piedra, al lado de su sepultura se...

Prólogo del nuevo libro de Carlos Fajardo: "La balada".

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Óscar Sakanamboy C on el poeta Carlos Fajardo Fajardo me une una entrañable amistad que viene de vieja data, ya que somos “chicos de barrio”, el mismo de Casas Blancas, en el oeste de Cali; un sitio donde en pasados siglos se libró la famosa batalla de “La Chanca” entre las tropas de los generales Obando y Mosquera , enfrentados entre sí, en un terreno pantanoso y que marcó un hito en la historia de la ciudad. Primero con su hermano Diego (in memoriam), que era de mi edad y luego con Carlos, unos años menor, compartíamos con otros muchachos vecinos, jóvenes estudiantes de bachillerato en su mayoría, las dichas y desdichas de nuestra temprana adolescencia y juventud, en ese casi siempre caluroso Cali de los años sesenta y setenta. Carátula del nuevo libro de Carlos Fajardo Por supuesto, después de una ronda de futbolito, en esas calles calcinadas por el sol, nos reuníamos en los anocheceres en las esquinas para continuar la fiesta; eran los meses de vacaciones escolares de semana sant...

José María Serrano, el bibliotecario

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Carlos Fajardo, publicado en El Liberal   D esde las ocho o nueve de la mañana me sumergía en la Biblioteca Central, situada en la Facultad de Derecho de la Universidad del Cauca. Recorría los estantes de poesía o de filosofía; escogía un libro y me sentaba concentrado en su lectura llegando a las doce del mediodía, hora que cerraban la biblioteca. Retornaba en horas de la tarde y me quedaba hasta las ocho cuando se terminaba la jornada. José María Serrano, María Eugenia Mosquera   En el transcurso de todas esas horas aparecía su director, el entrañable José María Serrano Prada. Como yo era uno de los habituales lectores, me saludaba muy atento, hasta que un día no sólo me extendió aquel habitual saludo, sino que me lanzó la esperada pregunta: “¿Tú qué estudias?”. Filosofía, le respondí. “He estado como asistente en algunos de sus cursos que me interesan”, comentó. En efecto, a José María ya lo había visto en las asignaturas optativas de mi primer semestre. Me preguntó sobre m...

La Rueda en PopayánCiudadLibro 2022

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Mario Delgado Noguera L a Rueda ha vuelto a estar en las bocas y en la vida cultural de Popayán. A raíz de la invitación que nos ha hecho el director de la feria del libro de Popayán, Diego Roman Konrad, en su versión 2022, a un conversatorio en el marco de la feria, algunos de los integrantes del legendario grupo cultural de finales de los 70 e inicios de los 80, retornamos a recordar la música, los libros, las fotos, las anécdotas, los vuelos poéticos, las vivencias de esa época que marcó nuestra vidas y nuestros sentires. Este es el enlace del conversatorio en PopayánCiudadLibro2022 . Para la actividad me he propuesto recordar la  Página Literaria del diario El Liberal , un entusiasta y parece que irrepetible proyecto del Mono Mendoza en el medio payanés. Releyendo las páginas de El Liberal de la época, he volado hacia el asombro al leer sus conocimientos críticos del cine. Era un excepcional joven amante del cine. Crónica de la Pagina Literaria de El Liberal, 2 noviembre 2022 ...

La Página Literaria del diario El Liberal de Popayán, en los años ochenta

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  Mario Delgado Noguera E n los años 70 en Colombia, hubo un fuerte  movimiento estudiantil  en la mayoría de las universidades  que conmovía los gobiernos universitarios y cuestionaba el papel de la universidad en la sociedad. Ese fragor llegó a la adormilada ciudad andina de Popayán, en el suroccidente de Colombia, e influyó en los universitarios que llegaban de distintos rincones del país. Colombia, despertaba poco a poco después de esa alianza de los partidos Liberal y Conservador, un contubernio político excluyente llamado el   Frente Nacional  que tendría graves consecuencias a largo plazo en el violento conflicto interno y crónico que aun no termina. En Latinoamérica, estaban vívidos la experiencia de la   Revolución Cubana   y la injerencia y sabotaje de los Estados Unidos en el gobierno de la Alianza popular de Salvador Allende en   Chile   y en las dictaduras de Argentina, Brasil y Uruguay.   Los tiempos del grupo cultural...

Poemas para la generación de La Rueda

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¿Y de qué servirán tantas palabras /Si cada amanecer es un sudario /Si vivir es morirse /A plazos, /Lentamente /Si ante cada pared /O al pie de cada árbol /Se despierta la patria hecha pedazos? / ¿Y de qué servirán los retóricos /goces del lenguaje, /de qué, pregunto yo, /este poema? Tomas Quintero C arlos Fajardo ha publicado un libro, "El eco de la tormenta" que según su amigo Julio César Goyes, es para su generación. Yo lo percibo también de esa manera por las pocas conversaciones y muchas nostalgias que tenemos cuando nos encontramos. Salimos, como dice alguno de sus poemas, a observar los días que envejecen, los ocasos y las calles, alejados por un lapso cada vez más corto de las pantallas y la uniformidad que quieren crear. Pensando quizá que puede ser nuestro último día frente a los espejos. Cada día en las cercanías de la levedad del ser, en las revelaciones del abismo. Estamos en un mundo donde la palabra retorna nuevamente a las pantallas y redes como una prolongac...

La Carrera Séptima de Bogotá

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Mario Delgado L a carrera séptima en Bogotá está cargada de historia, los cafés de tertulias literarias , escenario del 9 de abril, restaurantes de tradición, cines, teatro, puerta de entrada a los museos y librerías bogotanas. Son sus atracciones y, por eso, algunos provincianos la preferimos a los grandes comerciales encerrados en sí mismos del Norte y otras latitudes de Bogotá, pues la carrera séptima y el centro de la capital surten una buena oferta cultural. El programa de Gustavo Petro para la capital colombiana, denominado Bogotá Humana, se preocupó, entre muchas cosas, por esta emblemática vía y la hizo peatonal . Como tantas ideas puestas en práctica desde el lado incluyente y democrático del ex-mandatario, poco a poco se abandonan bajo el enfoque mercantil y neoliberal del nuevo alcalde Peñalosa, cuyos intereses son los mismos de los dueños de sistemas de transporte obsoletos y contaminantes como el Transmilenio. Causa exasperación que, incluso teniendo ej...

Carlos Fajardo recuerda a Tomás Quintero

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Del libro:  La ciudad del poeta. Común Presencia Editores, Bogotá, 2013 ........... E n tu barrio “de torres y hospitales, en este San Nicolás sin rostro ni principio, en tu calle más vieja, la que muere en el río donde los peces y la mierda duermen juntos”, naciste en 1945 para inventar un bar, un mito, una ciudad-poema. Muchacho joven, hijo de una generación que se alistó para morir de soledad y desamor, también de violencia y de silencio en un país que nunca escuchó sus gritos. Hombre de calle, de tango, de Sonora Matancera, de son y bolero, de ron y de cerveza ¿Cómo soportaste tanta soledad, el dolor de una generación provinciana, contorsionando su cintura? ¿Dónde fuiste a buscar lejanías? Un día de 1978 -tú acababas de morir- el pintor Walter Tello te trajo en su mochila a Popayán, aquella ciudad blanca llena de templos, atardeceres y arreboles. Desde ese momento te hice mi cómplice y me fui desbocando con tus versos hasta encontrar las puertas de...