Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Julio Arboleda

Los orígenes de la Universidad Sergio Arboleda

Imagen
 Por Salomón Kalmanovitz, El Espectador 31 de agosto de 2020 S ergio Arboleda fue un hacendado esclavista caucano que defendió con las armas la institución de la que dependía su riqueza. Según Mateo Mina , “en 1846 el hermano de Sergio, Julio Arboleda , temoroso del clima de revueltas de los negros esclavizados en Colombia y buscando mantener el «patrimonio» familiar, vendió en el Perú a 99 adultos y 113 niños… por 31.410 pesos de la época”. Haber escogido el nombre de un político esclavista para identificar una universidad de corte confesional no debe sorprender: a sus fundadores les parece natural la sumisión de unas personas a otras, incluyendo ser propiedad privada de ellas. La Universidad Sergio Arboleda fue fundada a principios de la década de 1980 por Álvaro Gómez y Rodrigo Noguera; este último fue su primer rector, guiado por una filosofía cristiana y humanista, según reza su brochure. A pesar de contar con unos recursos abundantes y cobrar matrículas costosas, por ejemplo, la

La guerra a muerte (Una carta de Tomás Cipriano de Mosquera a su sobrino Julio Arboleda)

Imagen
Gonzalo Buenahora Agencia de Noticias Vieja Clío. Popayán, 1862. La guerra a muerte –como todos nuestros abonados lo saben y reconocen- ha franqueado rampante por innumerables páginas de nuestra historia. Por su puesto, se ejerció con generosidad durante la conquista. Y durante la última etapa de la así llamada Pax colonial (tal vez de las pocas vigencias temporales medio tranquilas), fue imposible no apelar a esa aterradora modalidad de guerra, sobre todo en lo que concernía y concierne al apaciguamiento de las periferias violentas como las tupidas selvas del Darién y los confines de Veragua, las provincias de Santa Marta (la nación de los Chimilas) y Rio de la Hacha (la nación de los Goajiros), los espesos bosques del Opón (la nación de los Yariguies), el país de los Motilones, y el extensísimo reino de los Andaquíes, donde indios virulentos ejercían a finales del siglo XVIII y ejercen todavía la brutalidad a discreción. Entre nuestros lectores es casi mítica la decl