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Mostrando las entradas etiquetadas como Nariño

El último poblado del suroccidente caucano

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  Mario Delgado Noguera E n medio de la cordillera Occidental y de las estribaciones orientales del nudo de los Pastos se encuentran las planicies finales del valle del río Patía que ha iniciado el estrechamiento de su cauce y que ya hacia el suroocidente, en el territorio de Nariño, recibe los ríos Juanambú, Guáitara, Pasto y Pacual; el río Mayo que también es su afluente sirve de límite entre los departamentos. Luego el río quiebra la cordillera Occidental por la estrechez profunda de la Hoz de Minamá y se dirige hacia occidente, a la llanura del Pacífico colombiano. Esperanzas del Mayo (Poblado a la izquierda) y cañones del río Patía y río Mayo Se han hecho desde hace varias décadas proyectos de una hidroeléctrica en este estrechamiento del valle del río Patía, y la obra perdura en los imaginarios para aprovechar su encajonamiento pero no ha pasado de ser un mero proyecto.  Por lo general, en esta parte final del valle del río Patía , hay pocas lluvias y sequedad durante la mayor p

Por el sur de Colombia, de Miguel Triana. Un libro de Editorial Universidad del Cauca

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Por el sur de Colombia, libro de Miguel Triana  Mario Delgado Noguera L a colección de la Editorial Universidad del Cauca , la Biblioteca del Gran Cauca, es quizá hasta ahora, la más importante colección de libros académicos y de rescate que posee la Editorial afincada en Popayán. Creada por Cristóbal Gnecco, cuenta con ocho títulos y comprende libros de viajeros, testimonios, traducciones y reimpresiones de libros que estaban agotados, obras en general clásicas sobre el Gran Cauca , la antigua región que comprendía los actuales departamentos del Valle, Chocó, el Cauca, Nariño, Caquetá, Putumayo y Amazonas.  Los libros de esta colección han sido contribuciones fundamentales de la editorial universitaria en temas históricos, antropológicos, históricos y literarios. En la colección se encuentran libros como “Mama Coca” de Anthony Henman, “En el Putumayo y sus afluentes” de Eugene Rebuchon, “Señorío y barbarie en el Valle del Cauca” de Herman Trimborn, “Siervos de Dios y amos de indios” d

Miradas a Tumaco, por Alfredo Vanín

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  Miradas a Tumaco. Tomado del blog 'El islario'. Por Alfredo Vanín E l nombre oficial de la ciudad es San Andrés de Tumaco. Su gran extensión rural lo convierte en uno de los municipios más grandes de Nariño y de Colombia. Hace límites con la Provincia de Esmeraldas (Ecuador), fronteras que solo demarcan un mapa, pero no una relación cultural fluida y llena de contradicciones: por un lado las relaciones familiares y comerciales a pequeña escala, y por otra la desastrosa movilidad del narcotráfico que la convierte en una zona de alto peligro. La carreta binacional está a punto de ser concluida y unirá por fin a las dos naciones que antes aprovechaban el mar y el río Mataje para transportarse solo por vía acuática. Como “fundación oficial” se tiene la del año 1.640, atribuida a un sacerdote. Pero sin embargo, es mucho más confiable la versión de unos esclavizados que huyen de las minas del Telembí y otros ríos mineros y crean un poblado muy cerca de donde se encuentra ahora T

La casita del Colibrí

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Mario Delgado Como lo había dicho sabiamente el botánico Richard Evans Schultes en 1937, al igual que los cristianos  que absorben el espíritu de Dios por medio del pan y el vino sacramentales, los indígenas en América hacen lo mismo con sus plantas sagradas desde hace mucho tiempo. En 1990 asistí a un ritual con el San Pedro ( Trichocereus pachanoi ), una de las plantas sagradas del norte de los Andes. Lo hice en compañía de amigos en tiempo de verano en una casa donde el valle de Atriz termina y empieza a encañonarse el río Pasto en su destino hacia el Patía. Una casa pequeña con historias maravillosas de despertares. La llamábamos La casita del colibrí. Ésta fue mi experiencia, mi memoria y espejo. T odo estaba listo. La mesa en la esquina con la copa ritual y una serie de amuletos y cuarzos. La penumbra de las velas dominaba la habitación y un olor a eucalipto y al agua de varias hierbas se esparcía por los rincones. Las figuras abrigadas estaban i

Una travesía por Urcunina, la montaña de fuego

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Mario Delgado-Noguera   Una crónica de viaje por el Volcán Galeras, en Nariño, Colombia, publicada en el Diario del Sur de Pasto, hace varios años U n viaje borroso en la memoria. Se diluye como la niebla espesa y rápida que alcanza las faldas del volcán Galeras desde el cañón del río Pasto. Cuatro de nosotros habíamos sido los iniciados en ese viaje: el Bolas, el Javier, y yo bajo la idea original del Mote Gutiérrez. Nos reunimos en su casa una de tantas noches en las que se juntaban los imposibles y los proyectos. La casa tenía muchos estantes llenos de libros y las habitaciones -en construcción- era tan anómalas como uno de esos espacios perversos de Lovecraft. Nos mostró un mapa roñoso y una vieja fotografía aérea. El viaje duraría dos días y seguiría la vieja ruta de los guaicosos de Sandoná y Consacá hacia la ciudad de Pasto . Era -nos decía el Mote- un camino de herradura utilizado desde la Colonia para trasportar panela y otros productos de la tierr

Un texto de Jaime Cárdenas en Maravelí

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UN NUEVO DIA Publicado en la revista Maravelí, El Charco, Nariño, 1991 Primer número de la revista Maravelí V iajes en trenes de humo por extraños parajes donde un árbol rojo canta la canción del ahorcado: laberintos del sueño, travesía que te acerca a la locura. Ahora el canto de los gallos anuncia la mañana. Despiertas, la memoria reconoce el ritmo de la cosas. Sales y acaso un aroma, una melodía que arrastra el viento o un color casi imperceptible te conduzca a la infancia, a aquel territorio del asombro del que te exiliaste a esta rutina que te pesa como un fardo y que en vano buscas abandonar. Has iniciado un nuevo día de tu vida en el país del miedo, caminando por una geografía devastada por la muerte. Un día que puede ser el último de tu existencia, que navega entre el dolor y la alegría y que amas con la certeza de quien sabe que es lo único que tiene. Lucho Calderón Hoy morirás. Pero ¿Quién lo ha decidido? Es tu último día. ¿Quién ordena la