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Mostrando las entradas etiquetadas como parque Caldas

¿Cómo me imagino a Popayán en el futuro?

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Mario Delgado ¿Cómo nos imaginamos a Popayán en el futuro? Una ciudad incluyente, donde la Panamericana que la atravieza de sur a norte no sea un obstáculo para que la gente de Occidente y del Oriente se encuentre, una ciudad con mútiples ciclovías interconectadas, con lineas cebra que se respeten y se revalorize al peatón, con la policía de tráfico que funcione; una ciudad con un sistema de transporte integrado que desestimule el uso de los carros particulares y las motos, donde los buses sólo paren en paraderos que protejan al usuario de la lluvia y el sol, como algunos de la vía de Pomona, con un parque Caldas más verde, así como lo fué antes, invitador al descanso, con acceso sólo a vehiculos livianos y bicicletas, con alcaldes que vean a la cultura como un vehículo para la integración y el civismo.  Un Centro histórico vital preservado, respetado y cuidado como el más importante patrimonio de Popayán y uno de los más sobresalientes de Colombia, el parque Caldas  con solo tr

No es un país para viejos

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Mario Delgado 12 de diciembre de 2014 D oy un paseo nocturno por Barcelona, quizás el último pues ya emprendo el largo viaje a Colombia. Andenes amplios, un mobiliario urbano amable, lineas cebra que se respetan y un transporte publico integrado envidiable. No hay porteros ni guachimanes omnipresentes que deciden tu vida y de quién es el espacio público de las ciudades…los parques son abiertos, sin muros ni rejas, así como los de Tesalónica, la ciudad del norte de Grecia donde he vivido estos últimos meses. Solo imagino la peatonización fallida del parque Caldas o volver a cruzar la avenida inconclusa de Pomona en Popayán y concluyo que esta ciudad, como muchas en Colombia, no es una ciudad para viejos…una moto puede acabar conmigo en cualquier intento de atravesar esa via a las siete de la mañana cuando debo ir al trabajo. Congestión en una calle céntrica de Popayán Algún portero me impedirá entrar a un espacio, edificio público o a la universidad donde tra

Una carta de Hernán Bonilla al sabio Caldas a propósito de los cambios hechos en el parque de su nombre, el principal de Popayán

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Popayán, 15 de febrero 2010. E stimado Francisco José. Antiguo billete con la imagen de Francisco José de Caldas Desde estas veredas tropicales en las que comenzamos a transitar por la segunda década de este siglo XXI, pero que parecieran dar lugar a un nuevo camino: el de las postrimerías de la vida en el planeta (veredas ayer frescas y casi frías, hoy ardientes y sofocantes); desde esta tierra que, según dicen, guarda tus huesos y te vio nacer, envío esta carta hasta el fondo de tu tumba, más allá del Panteón en el que te encontrabas, más allá de tus huesos, usando para su escritura una máquina asombrosa llamada procesador de texto. En un tiempo que no se medir, llegará la correspondencia a tus manos y como siempre, te resistirás a abandonar el descanso eterno y atender la lectura semanal de tan mamotrético asunto. Estás en tu derecho; más cuando te enteres de que quien te escribe soy yo, Victoriano Lorenzo, accederás a su lectura: en tu sabiduría conoces q

Un recuerdo de Hernán Bonilla: 4 de marzo de 1971

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Publico esta remembranza de Hernán Bonilla para dar claridad al ambiente estudiantil de protesta que se vivía en Popayán. Si bien la Rueda emepezó a rodar siete u ocho años después de estos sucesos de 1971, el movimiento estudiantil persistió con el ánimo de varios del grupo. 4 de marzo de 1971 HERNÁN BONILLA HERRERA "Me gustan los estudiantes porque son la levadura del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura para la boca del pobre que come con amargura. Caramba y zamba la cosa ¡Viva la literatura!" Violeta Parra L os enfrentamientos no cesaban desde tempranas horas. Ese 4 de marzo, aunque lunes, no podía pintar distinto a los días que le habían precedido, y que al parecer se iniciaron no el 26 de febrero con la muerte en Cali de por lo menos once estudiantes en predios de la Universidad de Valle, sino, tal vez mucho antes, en mayo del 68 en la lejana París o tal vez en un 1° de enero de 1959 con los barbudos que en Cuba derrotaron una