Los cafés de Popayán y de mis viajes

 

Mario Delgado Noguera 

En los setentas, El Café Alcázar, El Zancudo, o La Flauta Mágica eran la herencia y la esencia de Europa mantenidas en el centro de Popayán así como el Palatino lo fue en Pasto. Ahora los cafés son escasos, como si una prematura muerte hubiera saqueado los lugares del debate y del refugio, del espejo y la memoria. Según José Vicente Erazo, el dueño del café era Ignacio León Velasco. Dice que el Alcázar fue el lugar de la vida social de Popayán durante buena parte del siglo XX, un "lugar de encuentro y asilo del poeta, del político y del universitario".

En la Universidad del Cauca hay varias cafeterías donde los alimentos hipercalóricos y rápidos dominan el escenario. La atractiva cafetería de Humanidades, con sus mesas de madera, su ventana amplia y su familiar tablero de avisos fue remodelada con el mal gusto de los muebles de aluminio barato que existen en la de Derecho, donde aprendices de abogados miran por el hombro al resto de universitarios.



La esquina del café Alcázar en Popayán
 antes del terremoto de 1983


Con la entrega de la Casa Caldas a la pasada gobernación de González Mosquera, la Universidad, quizás por ausencia de una gestión efectiva, ha perdido su café universitario más emblemático y un lugar de encuentro para los universitarios en el Centro de Popayán. En la Casa Caldas funcionaba la vicerrectoría de Cultura, la Librería universitaria, la oficina del Editor, entre otros lugares universitarios. En su buena época se organizaron audiciones de jazz y de música en vivo y definitivamente fue el lugar de cruce de palabras, ideas y proyectos de los universitarios y de la gente de Popayán que sabe que buena parte de su vitalidad académica y cultural, gira alrededor de las actividades de la Universidad del Cauca.

Así como ha pasado con la entrega de la Casa Caldas, el Centro Cultural Bolívar, que ahora esta en manos del partido Conservador y de sus criticadas alcaldías, la ciudad ha perdido la oportunidad de ver cine de calidad y sólo sufre las deplorables carteleras que ofrecen las salas del centro comercial Campanario del norte de la ciudad. Pasar por esa esquina que se revitalizaba en los días del cineclub, produce la saudade de ver un centro de esa naturaleza, abandonado, sin un uso adecuado para crear ciudadanía en Popayán, y envuelto en las redes politiqueras desde la fracasada alcaldía de Ramiro Navia. QEPD.

Popayán, Fotografía de Renzo Fajardo



Nota al 7 de febrero de 2011.

He hecho un recorrido por los cafés comerciales del centro de Popayán. La Iguana tiene un café abierto hasta las 20 horas con una carta variada. Luego sigue la salsa y su ambiente original. Sin embargo, a la persona a cargo le falta experiencia en la preparación. Juan Valdez en la Cámara de Comercio es muy caro y su atención puede decirse que es estandarizada y mecánica como si fuera una fábrica, groseramente eficiente. Sirven en vasos de papel, una aberración. No hay periódicos. Kaldivia (Capricio) tiene un buen tinto y expresos y presenta una carta variada, hay periódicos pero su iluminación es muy pobre. Pienso que ahorran energía en detrimento del bienestar de sus clientes. Su ambiente opaco no es invitador. El café Colombia es clásico, con billares en la parte de atrás, meseras, vendedores de lotería pero su café es regular.

El café de Adriana, frente a los Balcones, quién tenía a su cargo el de la Casa Caldas, ahora cerrada a la cultura...buen ambiente, universitario, atención agradable, buenas tapas y sanduches, no usan vasos de plástico o papel, pero se fuma en demasía, carece de periódicos y su equipo de sonido es deficiente. En la calle 3ª, arriba del antiguo Telecom, se ha abierto un café que también es un espacio lúdico, aun no he pasado por ahí. Dicen que también hay buenos desayunos.

Nota al 7 de julio de 2012.

El café de Adriana, se ha pasado a la carrera 5ª al lado de la Alhambra. Se ha modernizado y el ambiente amplio es atractivo. Atrás sigue la sección de los fumadores. Es una lástima que los no fumadores no podamos ir allí pues es como una trastienda ya decorada con macetas colgantes cuyo verdor agradece el visitante.

El café que había señalado atrás, en la calle 3ª, se llama Rabo de Nube, o el café de Ana María, una infatigable suiza afincada en Popayán desde hace tiempo. Además del café, la casa amplia y profunda alberga talleres, una zona de fumadores, un taller de lectura para niños, talleres de otra naturaleza. Venden pan, ricas tortas, desayunos y el ambiente es universitario. Las fotos que decoran la zona del café evocan los momentos estelares del boom latinoamericano y de la literatura española contemporánea. Me gusta mucho ver la foto de García Márquez, Botero y Alvaro Mutis paseando y charlando animadamente en la 7ª de Bogotá. La calidad del café es buena pero no tanto como el picolo o el express de Kaldivia.

Tres grandes artistas colombianos en una foto del café Rabo de Nube ( Foto El Espectador)


Nota al 18 de dieciembre de 2012

Los cafés podrían ser un punto de encuentro ciudadano que rehabiliten el centro de la ciudades. El centro de Popayán sufre, además, una pésima peatonización y se ha convertido en una especie de feria que no permite disfrutar de su arquitectura colonial. 

Para quien quiera leer un estudio académico sobre los cafés:

"Cafés en la "ciudad blanca": identidad, crisis cafetera y el restablecimiento del orden social en Colombia", Jairo Tocancipá, Profesor de Antropología de la Universidad del Cauca.

Nota al 17 de junio de 2013

Contra muchos pronósticos, el café de Ana María, Rabo de Nube, café-libro, en la calle 3ª con carrera 3ª de Popayán, ha permanecido y permanece lleno. Público universitario preferentemente en una casa amplia, reformada de las antiguas del Centro Histórico, con patio interior y segunda planta. Hay zona wi-fi, expositor de libros, librería itinerante con interesantes publicaciones de los países vecinos, zona de literatura infantil, jugadores de ajedrez, varias salas con distintos ambientes y se promueve la lectura, pues se consiguen varias revistas y periódicos, una buena costumbre que se está extendiendo a otros cafés como el del Campanario y Kaldivia. Muy recomendado.

El Juan Valdés del centro no sigue ese ejemplo de la promoción de la lectura y tiene ese emblema aburrido y de pensamiento único del café de la época uribista; recipientes de papel desechables; podía aprovechar la zona peatonal del parque Caldas para poner servicio en lo que en los países europeos se llaman las terrazas para vivificar un poco el parque Caldas cuya peatonización no funciona claramente después de esa reforma carísima que le quitó zonas verdes y le puso un piso que hacer hervir de inhóspito calor el ambiente del antiguo y refrescante parque.

Nota al 20 de junio de 2014

Rabo de Nube se ha pasado al norte, cerca del Quijote, al lado de la Alianza Francesa. Funciona en una de las casas amplias del sector, de aquellas que ya no se construyen. Está la librería con su sección infantil y un pequeño escenario para los grupos de música o danza que se presentan. Justo esta noche se ha presentado una danza que ha dirigido Fiona, una neoyorquina avecindada en Popayán.

El café Colombia es es café tradicional que aun persiste en el centro de Popayán; se puede pedir un tinto y una copa de aguardiente para hacer un carajillo. Adentro están las mesas de billar y más atrás se juega cartas. En las mesas de madera redondas, de buen aspecto, han añadido los consabidos asientos Rimax; desentonan algo pero importa poco pues el ambiente del café Colombia es el de los cafés antiguos.

Nota al 14 de noviembre de 2014

Los cafés de Thessaloniki han sido mi constante refugio en este otoño lluvioso que paso en esta ciudad del norte de Grecia. Y son unos cafés maravillosos, con buena música ambiental, se puede leer con tranquilidad y tienen una decoración sofisticada. El café al estilo turco no me gusta particularmente ni el griego, que se se prepara de manera similar: extra-molido más azúcar, se pone a calentar en un hornillo hasta que se vea que va a hervir. Deja, por otro lado, un poso espeso, donde se adivinaba el porvenir. Así que pido cafés expresos, vieneses, irlandeses, capuchinos, frappes, me doy ese gusto. Lo acompañan siempre con agua y algunas galletas, sin costo adicional. En Barcelona, cobrarían todo lo extra, de tal manera que tomar café a la vieja usanza sale costoso. Pero en Grecia, por fortuna, no.

Recipientes para preparar el café turco o griego


No he conocido otra ciudad donde se beba tanto café y tanto, que deberían tomar nota los exportadores y los OMA y Juanvaldeses para su mercado. Es habitual que la gente en la mañana, ande con su café grande con un pitillo mientras camina por las calles de esta vieja ciudad  o por su malecón donde se pasea con la vista del puerto sobre el Mar Egeo.

También he visitado en el centro de Thessaloniki a tiendas dedicadas  a la venta de cafés de variados lugares. Compré allí una variedad de café de Medellín y en los supermercados venden sus propias marcas con el nombre de Colombia (Κολομβία). Quizás la variedad Arábiga, con su aroma y efecto suave se afinque con éxito. Los cafés son un lugar de importancia en la cultura citadina de los griegos, acompaña su juego de backgammon o sus juegos de cartas en el lluvioso invierno del norte.

Cafe and Dining Bar by Minas Kosmidis, Thessaloniki – Greece

Nota al 1 de julio de 2015

Buenos Aires es una ciudad famosa por sus cafés. Ayer estuve en el café Petit Colon, cerca del Teatro Colón, frente a la plaza Lavalle. El ambiente de café antiguo, muebles severos, con amplios espejos, una barra lujosa y tradicional, meseros con chaleco y corbatín blanco, sillones de cuero y el café de la mañana con tostadas, crema y mermelada, jarrita con soda, hicieron el marcado contraste con el ambiente artificial del Juan Valdés de Colombia, donde los vasos son de cartón, los meseros llaman por nombre al cliente en una pose de pseudosofisticación y elitismo a veces insoportable.

Café Petit Colon en Buenos Aires

Nota al 23 de febrero de 2016

La carrera séptima de Bogotá siempre ha sido el paseo capitalino por excelencia en Colombia. La alcaldía de Gustavo Petro, con su programa Bogotá Humana, hizo esfuerzos por revitalizarla y de hecho, cuando la recorrí a principios de febrero, fue una buena sorpresa ver que uno de los puntales del programa era apoyar las cafeterías tradicionales como La Florida, donde renovada, aun se respira en ella el aire de las cafeterías europeas ya que fue fundada por un catalán, José Granés Mont, a mediados de los años treinta y sobrevivió al Bogotazo. Después fue comprada por la familia Martínez.

Café la Florida, Carrera 7ª, Bogotá


Varios meseras y meseros con un atuendo blanco y negro, atienden rápida ye eficazmente al visitante. La feliz mezcla de lo criollo y europeo se resume en poder saborear un buen tinto acompañado de un tamal ya sea santandereano o tolimense. Pero también se puede pedir un té inglés acompañado de pastas deliciosas. O combinar las bebidas calientes, como el chocolate santafereño, con los múltiples clases de pan o de una pastelería cuidadosa.

La Florida es una cafetería que no se puede dejar de visitar cuando se quiere un ambiente grato en la Bogotá que dejará de ser humana con las alcaldadas mercantiles e infelices de Peñalosa.


Nota al 21 de mayo de 2016

Han proliferado en Popayán cafés y bares en el sector de Santo Domingo, la zona más universitaria y propicia para estos negocios en la ciudad. Para el turista nacional y extranjero son ideales, pues una pausa conociendo la ciudad, viendo los mapas, para un café y un bocadillo, siempre es bienvenida. Sin embargo, pocos cafés abren los sábados y los domingos en la mañana, cuando justamente más se los necesita. Esta mañana he estado en el café Santo Domingo en la calle 6ª, frente a la Facultad de Derecho. Café con buen sabor, en los bajos del museo Arquidiocesano de Arte Religioso, con mesas de madera, donde se puede leer con tranquilidad y con buena luz natural. No hay revistas ni los periódicos del día. El personal que atiende son del programa de sordos del Sena, un buen punto a considerar para que las pequeñas empresas sean incluyentes en Popayán.

Café Santo Domingo en el centro histórico de Popayán


Los fines de semana son los días que requieren de más vida de cafés, en terrazas en el parque Caldas, como las que pusieron en la Semana Santa o los tradicionales que abran el compás del experimento en un ambiente de tertulia y se perciba desde la puerta el aroma del buen grano.


N
ota al 19 de junio de 2016

El café Oromo es otro de los locales de los alrededores de Santo Domingo en Popayán y era el único que estaba abierto esta mañana de domingo. Buen café, costosos pero buenos acompañamientos. La atención ocasionalmente es solícita. No hay diarios y revistas, dicen que la rotación es su negocio y que por lo tanto los diarios son contraproducentes a sus ganancias pues los clientes se quedan demasiado cuando El Tiempo se lee en 15 minutos, mostrando la tacañería y la falta de visión de los dueños quienes también tienen otro local alquilado a la Universidad del Cauca, en la ruidosa y contaminada Carrera 3ª. En la vitrina del mostrador se ve varios paquetes de café con denominaciones de origen, locales y del resto de Colombia. Creo que es el único lugar en Popayán donde se consigue cervezas de la BBC Company, la cervecería artesanal de Bogotá. Su slogan dice que la cerveza es la prueba de que Dios existe y nos quiere ver felices.

Nota al 9 de julio de 2016

Ibarra es una apacible ciudad del norte de Ecuador. Excelente clima, con calles adoquinadas en su centro histórico, ordenada y preserva su arquitectura colonial y republicana; gente amable con un impresionante paisaje al estar en un valle rodeado de los volcanes del norte de los Andes ecuatorianos. Y se puede beber un reconfortante café colombiano acompañado de una variedad de tortas y cújenes tradicionales, como el pastel de choclo.

Café El Quinde, Ibarra, Ecuador


El Quinde café, es atendido por mi prima Ana Lucía Palacios, con su pareja, son amables, te ayudan con cualquier información de interés para que la visita a Ibarra sea completa y más fácil. Situado en una de las dos plazas adyacentes del centro de la ciudad de Ibarra, te toman una foto y la colocan en un mapamundi, donde se puede ver los visitantes al Quinde Café del los cinco continentes.

El nombre de quinde creo que es colibrí en Quechua. Ese maravilloso y pequeño pájaro de los Andes.

Mapa con las fotos de los visitantes al Quinde café en Ibarra, Ecuador



Nota al 2 de diciembre de 2016

Volví a los cafés de Thessaloniki. Difícil imaginarse una situación en un café más agradable que conversar con una amiga griega en en un café en el centro de la ciudad. El café Palermo, en plena plaza principal, la plaza Aristotelus, es el lugar.

Rodeado de colecciones de antigüedades, algunas en vitrinas de venerables muebles de época, y en un ambiente de refinamiento, te hace pensar en los cafés como sitio por excelencia de cultura y encuentro en esta ciudad griega con la herencia turca, mediterránea y europea a la vez.



Entrada del café Palermo en Thessaloniki, Grecia



Nota al 4 de julio de 2017

Iquique es uno de los principales puertos de Chile en el Pacífico, una ciudad con remembranzas del apogeo del negocio del salitre, causal de la guerra del Pacífico instigada por los ingleses que involucró a Chile, Bolivia y Perú. Es una ciudad nostálgica construida principalmente en su centro de madera que traían cansados barcos en el auge del comercio del salitre. La huella de la inmigración croata aun es patente en esa parte de Iquique.

En la calle Baquedano, un paseo peatonal cuyo piso es de madera, se puede entrar al Museo Regional de Arqueología, que no solo recuerda los primitivos habitantes de la región, sino la historia de la explotación del salitre y de la matanza de obreros en la escuela de Santa María en 1907. Al finalizar el paseo, hacia el Norte, esta una cafetería famosa por sus pasteles, cújenes, una buena representación de la repostería chilena, que toma buenas herencias de la inmigración que conforma su nación. El café se llama Cioccolata, tradicional, a la usanza antigua, con grandes espejos, meseros con traje negro y blanco y buena atención, pero caro.


Café Cioccolata, Iquique, Chile

El café Cioccolata es de todos modos un descanso para después de una caminata por el centro de Iquique, una ciudad cuyo centro de madera clama porque la conserven y lo preserven pues no solo es la costanera su atractivo, sino ese aire de saudade que tienen los viejos puertos de Chile..


Nota al 3 de marzo de 2018

No hay duda que en Popayán, los cafés en el centro y en el norte de la ciudad han tomado un nuevo auge. Y muchos son regentados por gente que no pasa de los 40, empresarios de la generación de los millenials. Se nota que son una clase de gente que ha tomado ejemplos de otras ciudades y de sus viajes. La carrera quinta entre tercera y cuarta es la calle que tiene más cafés, por ejemplo Oromo, Madeira, Ricoleta, Disidencia..tienen clientes habituales de tal manera que uno puede tener al seguridad que "a la hora del tinto" encontrará el contertulio.

Combinan estilo, sabores y se puede encontrar postres, tortas y sanduches. Con la presencia cada más frecuente de turistas extranjeros en Popayán, uno de los beneficios de la firma de los Acuerdos de paz, los cafés están en un buen momento. De ganar las próximas elecciones quienes viven de la guerra y el odio en el candidato cuerpo ajeno y títere de Uribe, es probable que volvamos a ser una ciudad andina, colonial, desorganizada, sin el brillo que dan los cafés céntricos, mal planificada y se perderá el beneficio de ser un polo de atracción para el turismo.

Nota al 20 de mayo de 2018


Ricoleta café en Popayán


El café Ricoleta es uno de los preferidos del centro. Se puede leer la revista Semana, con algo de atraso, y ver que las noticias en Colombia son flor de un día y que los análisis de las mismas hay que buscarlos en los programas nocturnos de la radio, pues los desastres como el puente Chirajara, Hidroituango, la corrupción y la vitrina venenosa que se da el actual fiscal, con sus trajes conservadores de rayas gruesas al estilo de Godofredo Cínico Caspa, el inolvidable personaje de Garzón.

Pero volviendo al café Ricoleta es un sitio con buen café y chocolate, excelentes tortas, música relajante y no es ostentoso como su vecino Oromo, que aunque bueno, no hay prensa. Tiene una parte alta donde se pueden hacer reuniones de trabajo pequeñas y la atención siempre ha sido buena.

Nota al 21 de noviembre de 2018

La esquina de Santo Domingo es la esquina del movimiento en ese sector céntrico de Popayán, donde se producen los encuentros y nacen las manifestaciones estudiantiles. En la esquina de la calle 4ª con la carrera 5ª, está el venerable café Catleya donde, sin las pretensiones ni la decoración de los cafés más jóvenes, se puede desayunar a la vieja usanza. Antes, en su interior, tenía como adorno una gran cafetera de metal coronada por un águila o un cóndor, no lo recuerdo. Desde sus puertas se puede apreciar la Plazuela de Santo Domingo y el trasegar estudiantil. El puesto de revistas y periódicos del malhumorado Rodrigo sobrevive desde hace más de 40 años en esa esquina.

Nota al 30 de noviembre de 2018

Guadalajara es la capital del estado mexicano de Jalisco, la región del ágave y variedad de tequilas, los elegantes mariachis y bellas mujeres; una ciudad organizada, con un cuidado centro histórico con edificios gubernamentales en piedra y una catedral imponente que es el eje de cuatro plazas en forma de cruz. También es famosa por su Feria Internacional del Libro (FIL Guadalajara) y por el Hospicio Cabañas, donde están los murales de José Clemente Orozco y donde se puede conocer su historia. Sin embargo, la violencia que sacude a México no deja a esta ciudad indemne. Estamos a las vísperas de que López Obrador asuma el poder, y según varios diarios mexicanos, su principal reto es crecer y poner la igualdad en el centro de su agenda, pues la pobreza en México es muy grande. En medio de Macri y Trump hay una esperanza en el giro político que ha tomado el gobierno de México.

Café Degollado, en el centro histórico de Guadalajara

En el centro está el café Degollado situado en un costado del Teatro del mismo nombre, un imponente edificio pétreo de corte clásico. En el café, que se dice café boutique, se puede tomar desde la sopa de tortilla, que en Colombia se conoce como la sopa mexicana y que en los días fríos reconforta, hasta el café de olla, ya endulzado y con especias, que viene en jarras artesanales. Una variedad de cuidada repostería puede acompañar otro tipo de cafés. Un buen sitio para descansar y seguir descubriendo lugares asombrosos del Centro Histórico de Guadalajara.



Nota al 2 de febrero de 2019

El Centro Histórico de Popayán ha sido invadido por el comercio informal. El alcalde está preso y pasa a ser el primer burgomaestre de la ciudad que se traslada a la cárcel. La ciudad parece ir al garete y la desorganización y la falta de planeación racional salta a la vista en su tráfico caótico, en las licencias indiscriminadas de construcción, la falta de semáforos, la delincuencia que asalta varios negocios a la vez en el Barrio La Pamba y aledaños, la falta de cuidado de sus monumentos históricos como el viejo puente del Río Cauca en el norte de la ciudad cuyas piedras desaparecen poco a poco.

En el Centro han puesto un café nuevo, el café Cauca, sobre la Carrera 6ª, cuya atención y cuidado dejan mucho que desear. Desde un macchiato desabrido hasta la actitud de las vendedoras que tratan al cliente como en una oficina pública. A pesar de que la decoración es llamativa y el lugar es adecuado par descansar y tomar un café a media mañana o a mediatarde, los dueños deberían poner empeño en un mejor servicio. El mejor macchiato sigue siendo el del café Togoima, más conocido como Oromo que continúa con la terca decisión de sus dueños de no poner a disposición de sus clientes los periódicos del día.

Mostrador del Café Cauca en el Centro histórico de Popayán



Nota al 7 de enero de 2020

Villarrica, Chile es una pequeña ciudad situada a la orilla del lago del mismo nombre en el sur chileno. En el verano se vuelca al turismo, una ciudad concurrida, ordenada, que  respeta al peatón y en cuyo paisaje domina el activo volcán del mismo nombre. Lago, verde de la vegetación nativa que queda y volcán con su chimenea y la nieve que disminuye cada vez más, un conjunto de encanto, propicio para reverenciar la energía del estío, el agua que permite la vida y el vino que se escancia con facilidad en el país del sur.

El 'Estallido social' como llaman los locales a la grave protesta de Chile el 21 de noviembre, solo se ve como noticia en los periódicos aunque los bancos y los supermercados se han cubierto de mallas metálicas aislándose de los pillajes. Sin embargo, en Santiago ya han empezado con el año las protestas en la plaza Italia.

Café 2001 en el centro de Villarrica, Chile

En la ciudad esta el Café 2001, donde se puede comer bien y un lugar para leer con tranquilidad y tomar un café fuera de las horas de las onces chilenas. Dicen que se inició como un pequeño negocio que suplía la falta de estos lugares en los días de turismo y por lo tanto tiene tradición. Al entrar el aroma del café fuerte invita a seguir y permanecer. La atención es solícita. Cuando ya llegan las horas de las onces es muy frecuentado; sino se va a comer, es mejor buscar otro lugar, incluso al aire libre para leer.


Volcán Villarrica, sur de Chile, en verano

Nota al 28 de febrero de 2021

Hace un año aun la amenaza de la pandemia parecía lejana. Se tenía que buscar a Wuhan en el mapa. Se pensaba que la Feria del Libro de Bogotá estaba cercana y yo, como editor de Unicauca, estaba empezando la tediosa preparación administrativa para participar. Lo cual siempre ha sido un dolor de cabeza por entrar de lleno en la imposible maraña administrativa de la Universidad. Luego sobrevino el confinamiento. El último libro que presentamos en el auditorio del Banco de la República fue Excomulgados de Hernán Bonilla, autor renuente a dejarse ayudar en la edición de su libro. El libro mostraba un momento de la lucha estudiantil en Popayán a finales de los años 80. El acto fue concurrido, movido por la nostalgia, los recuerdos y los testimonios. Después de esto nos perdimos del mapa, por así decirlo. Abril y mayo transcurrieron sin encuentros, sin cafés con los amigos, con trabajo virtual, con las calles vacías y las noches con un silencio de plomo. Los animales se hicieron visibles en las urbes de todo el planeta, se captaron en las cámaras de los confinados, se recordaba las películas de las pestes como 12 monos, donde un león se paseaba por una derruida gran manzana. 

En julio, tímidamente se pasó a buscar los lugares citadinos perdidos. Llegó el desastroso día sin IVA del gobierno Duque, los contagios se dispararon. Pero se volvió a los cafés. Con los geles, el tapabocas, lo más distanciados posibles, la temperatura que a mi marcaba siempre como la de un muerto: un zombi en busca de la cafeína. 

Los sábados y domingos en Popayán, se podía salir en esos primeros meses de 7 a 9 de la mañana al ejercicio. El centro histórico vacío, calles coloniales largas y desamparadas. La belleza redescubierta de la conservación se hacía patente. 

Cuando salgo a caminar con los amigos el domingo en busca de la prensa, recuerdo esos primeros días. Ahora en el centro abre el café Cauca, buen café, amplio, no es riesgoso. Es el único que abre ese día.




Nota al 22 de abril de 2021 

Los picos de la pandemia se suceden después de las épocas de los reencuentros y los viajes. Este último después de la relajación general en Colombia en febrero y marzo. La cacareada vuelta a la normalidad ya son solo palabras pues la ocupación de las UCI de ciudades de la Costa y de Medellín sobrepasan el 80%. La dificultad para solicitar una prueba a las EPS persiste, el plan de vacunación nacional no se acelera. Las EPS se han llenado los bolsillos mientras no llega el salario al personal de salud de hospitales y clínicas que dependen de su terrible intermediación; es la tragedia del capitalismo salvaje en el sector salud en Colombia.  ¿Hasta cuándo los dineros de los colombianos no fluirán directamente a los hospitales?

Pero pasando a los cafés, ha llegado Tostao al Centro histórico de Popayán, en el segundo piso de la casa esquinera con balcones en el parque Caldas. Es una cadena pensada para tomar café y servirse desayunos con precios no tan altos pero con café de regular calidad y poco sabor, sin embargo la oferta de acompañantes, principalmente pan fresco, es variada y sabrosa. Abre los domingos. El local que han conseguido es muy apropiado para la pandemia, ventilado con varios balcones abiertos, las mesas separadas, un espacio amplio para el pedido. El Tostao del Campanario tiene un local menos adecuado para los difíciles tiempos que corren por la pandemia pero no es tan caro como el Juan Valdez del mismo centro comercial.


Una sucursal de Tostao en el parque Caldas de Popayán


Desde los balcones se ve el descuidado parque Caldas, con el exceso de palomas que seguramente dañaran los edificios aledaños con sus excretas, y la Torre del Reloj, construcción del tiempo de la Colonia, restaurada, emblemática de Popayán. 


Nota al 28 de julio de 2021

El valle del Rin y sus castillos en el oeste de Alemania es un destino turístico reconocido. Dicen que hay más de 4500 castillos en las orillas del histórico río y en sus laderas están los viñedos de las cepas Riesling. El castillo de Marksburg es el más conservado, detrás de sus murallas y de las paredes de tres metros se puede ver la vida cotidiana de estos castillos que entraron en decadencia hacia 1300. 

Están las cocinas, las prensas para el vino, la capilla dedicada a San Marcos y una bien equipada sala de torturas. Los señores feudales y el clero de la época cobraban un peaje a quienes transitaban por el río, se enriquecían, armaban guerras entre ellos y de esta manera podían erigir las impresionantes murallas y torres de sus castillos y llevar la vida cómoda dentro de sus castillos.

En el pueblo pintoresco de Rüdesheim, a orillas del Rin, existe una calle estrecha con boutiques y cafés sofisticados para los visitantes. Sin embargo, la pandemia había hecho que el turismo decrezca. Me impresionó un viudo reciente de edad avanzada que feriaba al 50% los souvenires pues estaba liquidando su tienda.


 
Cafe Winzerkeller en la pequeña ciudad de Rudesheim



Era un día lluvioso el río estaba crecido y turbio, preludio del desastre en el norte de de Alemania unas horas después con varios muertes y pueblos inundados, el paisaje era distinto a las postales de cielo y aguas fluviales azules. El café Winzerkeller con mesas al aire libre ofrecía un buen café en jarrita, con pequeños cubos rectangulares de azúcar y crema. 

En Heidelberg, la connotada ciudad alemana a orillas del Rio Necker, universitaria y cosmopolita, los cafés de la calle principal son muy atractivos, como el de la foto, para descansar de las caminatas en un día veraniego. 

Café Shafheutle en Heidelberg



Nota al 30 de marzo de 2022


Nuevamente iniciando el otoño en el sur de Chile, he visitado Pucón, en la orilla oriental de lago Villarrica y con un imponente paisaje donde se conjuga los cielos azules, el blanco níveo del volcán y la quietud del lago del mismo nombre. Es una pequeña ciudad que alcanza su esplendor en el verano cuando es invadida por multitud de turistas y dueños de segundas y terceras residencias de los pudientes del país. A pesar de esta descripción idílica, la crisis del agua y el cambio climático en Chile se hace patente por la falta de nieve del volcán Lanín, hace pocos años cubierto perennemente de nieve y hoy desnudo. De Pucón por un estrecho valle del río Trancura, se llega a Curarrehue y luego al paso andino de Mamuil Malal que une por carretera a la Argentina. 

En la calle principal de Pucón está el "Café de la P" (https://delap.cl/) que sorpresivamente en su carta presenta un café colombiano del municipio huilense de San Agustín, donde esta el impresionante parque arqueológico de la cultura del mismo nombre y que dejo portentosas herencias labradas en piedra. 

El café, muy bueno, lo traen especialmente de San Agustín, Huila, el pueblo con uno de los principales parques arqueológicos colombianos al remoto sur chileno. Dice la carta que es un café sustentable cultivado entre los 1400 y los 1700 mts/snm y que lo traen en verde para el café de la P. De esta manera, el café colombiano viaja con su aroma y por sorpresa te deja su buen sabor en la boca.


Taza decorada de un capuccino en el Café de la P

Nota al 14 se septiembre de 2022

El café Guadalquivir en la parte norte de la Plaza de Nariño, en el centro de Pasto, lleva muchos años ofreciendo las delicias gastronómicas del sur de Colombia, con inocultables mestizajes con la cocina del Ecuador y Perú, herencias de la expansión del Tahuantinsuyo. Es posible probar con los tamales, las empanadas de añejo ( Maíz amarillo molido y levemente fermentado) con ají de maní, quimbolitos, desayunos tradicionales con tajadas de plátano amarillo fritas, jugos naturales. El café es el tradicional, no tienen alguna máquina para prepararlo pero va bien. El servicio es rápido, el ambiente oscurecido con luces amarillentas es agradable para conversar pero no para leer. Con los cambios postpandemia el baño se ha remodelado con una apariencia más higiénica. Los precios son buenos pues por esa deliciosa comida para un tentempié de la mañana o de la tarde, en otros lugares sofisticados cobrarán el doble. 

Es un lugar tradicional, con los mismos dueños por generaciones. Mantiene la tradición de las delicias nariñenses. Recomendado  para quienes visiten la ciudad del sur colombiano. 

Entrada del café Guadalquivir en el centro de Pasto

Nota al 20 de marzo de 2023

En los centros comerciales de buena parte de las ciudades colombianas hay puntos para poder degustar un buen café en diversas preparaciones. Algunos funcionan como islas bien diseñadas como la que aparece en la  foto del Centro Claro de Bogotá. Su diseño es atractivo y funcional y, en este caso, tanbién se puede hacer un buen desayuno.


Isla de un café en el Centro Claro de Bogotá


Nota al 12 de junio de 2023

He estado de viaje. El Ecuador sigue siendo un remanso de paz en comparación a Colombia. Solo me refiero a la Sierra pues llegué por carretera hasta Quito y no fui a la Costa, donde se centran las noticias de violencia y narcotráfico principalmente en la ciudad de Guayaquil. En primer lugar, no hay transporte informal en motos, lo cual es un merecido descanso para los colombianos por el tremendo lío que es el transporte informal y las transgresiones totales y la impunidad de estos informales a las señales de tráfico. El peaje de las carreteras sigue a un dólar. Las vías están en buen estado y datan del buen trabajo en este aspecto del gobierno de Rafael Correa.  Pero volvamos a los cafés. Me llamó al atención que en Ibarra los múltiples cafés boutique que había alrededor de los dos hermosos parques contiguos de la ciudad, han desaparecido, aquellos alrededor de los parques Pedro Moncayo y de la Merced. Incluso se podía beber en ese vecindario un buen café colombiano, sin desmerecer los excelentes cafés ecuatorianos de marca como los que provienen de la sureña provincia de Loja. Quizá la pandemia y sus efectos en los comercios pequeños, la disminución de los turistas del primer mundo hicieron esta tarea destructora en la ciudad de Ibarra. Luego me he entretenido con el libro del viajero Hassaurek, un libro interesante de las vivencias de este diplomático de los estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX. Con este escrito, se repasa la historia del país, la historia natural y la política del Ecuador.

Parque de la Merced. Ibarra. Ecuador


Nota al 7 de julio de 2023

El lugar es agradable con una insuperable terraza y buenos platos pero con cafés poco recomendables lo mismo que el trato desdeñoso de su dueño. Situado en el norte de Popayán, "El Pam Nuestro", es un café con una buena variedad y calidad de sus panes, sin embargo sus precios son muy altos.


Pan tipo europeo en un meme de Pam Ya

 
Nota al 12 de octubre de 2023

Las empanadas de todas las clases acompañan muy bien a una taza de café. En Pasto, en el sur de Colombia, múltiples cafeterías de barrio ofrecen un tinto (de regular calidad) y empanadas pastusas que en general son de dos clases: de añejo y de harina. El añejo de maíz es una masa fermentada que al freírse es crujiente y que envuelve al guiso que es generalmente de carne, cebolla larga, especies como comino y perejil, y arroz. Las empanadas de harina, son de trigo, azúcar y mantequilla y envuelven un guiso semejante al que se le añaden alverjas y huevos cocidos picados finamente. Como dicen los gourmet, maridan muy bien con el café colombiano. Sin embargo en las cafeterías comunes, como dije, el tinto es muy flojo. En algunas se han sofisticado ofreciendo cafés de máquina, expresos, americanos o capuchinos. El café de media mañana e incluso, el del entredía de la tarde, en Colombia junto a las exquisiteces regionales, es un buen programa cuando se recorren las calles del país.



Empanadas pastusas de harina. Foto de Carmen Santacruz





Nota al 12 de noviembre de 2023


En Popayán continuamente se estan creando cafés, algunos con éxito como "La Maison du croissant", situado en los bajos del antiguo Hotel Chayaní, con un buen acceso y estacionamiento. Un buen lugar para desayunar con la panadería francesa de calidad y jugo de naranja natural. Desde allí se divisa la estatua de Antonio Nariño, al otro lado de la Panamericana, monumento que fue trasladado cuando se transformó la glorieta en un gran espacio de tránsito automotor, que por fortuna, fue amable con los peatones. El servicio en La Maison es atento. Aun no he probado su pastelería para no caer continuamente en la tentación, pero se la ve muy atractiva.



Croissants de la página de facebook de "La maison du croissant"




Nota al 18 de enero de 2024

"El Obraje" es un café en el centro de Pasto. El café, excelente, suave, de grano grueso. Tienen la variedad Gesha, ganadora de premios; lo traen de una finca cercana a Pasto, en el municipio de Tangua, 2200 mts. de altura, que se llega rápidamente gracias a la doble calzada de la vía Pasto-Ipiales que ha acortado sensiblemente las distancias entre las dos grandes ciudades del altiplano nariñense. Allí se vende en varias presentaciones.

"El obraje" es un café amplio, situado en el primer piso de una casa republicana, bien dispuesto, con una larga barra y con una carta variada, con precios adecuados aunque no populares. Tiene buena luz en la parte central de tal manera que se puede leer con facilidad. Su público, está compuesto por el clásico pastuso; muchos de los que trabajan en el centro y algunos que van a desayunar con una carta mañanera apetitosa.





Nota al 15 de abril de 2024

 
En Popayán, en su Centro Histórico, hay una iniciativa que destacar en cuanto a los cafés. Según su página en facebook, los cafés de la Carrera 5 entre Calles 3 y 4, viernes y sábados, se han organizado para que una calle provisionalmente peatonal, se ofrezca el servicio en un ambiente al aire libre, amplio, festivo. Una iniciativa útil para el turismo y los empresarios que no ha podido hacerse en Pasto.

Madeira, Togoima (Oromo), Cerro Brujo, Disidencia, Alhambra, Ricoleta, Coco Café, Atrapasueños, Retoña, Hornito Bistro, son los cafés que se han unido.


                                                  Calle de los Cafés, Centro Histórico de Popayán. Foto Sofía Mamián

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