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Un guión del programa radial Goce Cubano para unirse a los 80 años de Gabriel García Márquez

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Mario Delgado E l 6 de marzo de 2007 estaba en Barcelona y se conmemoraba el 80 cumpleaños de Gabriel García Márquez . En esa ciudad, el nobel había vivido una época más estable con su familia a finales de la década del 60 y principios de los 70 y escribía El coronel no tiene quien le escriba. También vivían allí en esa época, los escritores del Boom Mario Vargas Llosa y José Donoso.  En 2007 yo escribía guiones para el programa de la Radio Universidad del Cauca, Goce Cubano, que aún se mantiene al aire gracias a la constancia de Ricardo Paz, Tololón. El programa radial combina los viernes de rumba y son con gotas y bocadillos literarios. Varios estudiantes pasaron por los micrófonos de la Radio Universidad del Cauca y ninguno se ha arrepentido. Escribí este guion para unirnos a la conmemoración de los 80 años de nuestro nobel, tomando notas rápidas de aquí y de allá, con la nostalgia de un colombiano en el extranjero, que empezaba tardíamente otra etapa como estudiante

Un video de Diana Paola Valenzuela

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D iana Paola Valenzuela es una de las intrépidas amigas que pasaron por Popayán donde llegó a estudiar Derecho a principios de la década del 2000... conoció y rodó por muchos de los lugares y gustos de los antiguos integrantes de la Rueda. Fué una de las voces femeninas del colectivo de Goce Cubano, el programa radial que ya lleva más de diez años en la radio de la Universidad del Cauca.  Ahora vive entre Neiva y Bogotá; con el grupo que trabaja ha llevado a cabo un video sobre los campesinos del desierto de Tatacoa, en el centro del Huila. Alcaldía de Villavieja, Huila Desierto de la Tatacoa, Huila   http://www.youtube.com/ watch?v=Fsc-3LEPKsg

Un relato de Juan David Muñoz

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Juan David Muñoz en el Festival Gastronómico de 2011 A bro la puerta esperando que alguna de ellas este allí, a punto de timbrar, sonriendo y reclamando ser invitada a una fiesta que ella acabó de inventar; la haría pasar para que viera la bella vista que ofrece el gran ventanal, y bueno, después la historia. Salgo y no hay nadie; espero mientras repican las gotas sobre el concreto. Parece que demoré mucho mi decisión, ahora ya se han ido y tendré que salir, así no me quedo. Entro a buscar algo para cubrirme de la lluvia y mato la botella de whisky que estaba sobre la mesa; salgo casi de inmediato olvidando las llaves dentro, maldigo, pero lo hecho, hecho está. Sobre la acera camino apresurado –como todos los que caminan bajo la lluvia-, de pronto ahí están, en la esquina siguiente. Parecen hacer qué gestos de despedida: besos, palmadas, risas, monosílabos insignificantes. Las tres toman rutas diferentes, sigo a la que parece tiene menos afán y la que izó una sombr