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La desilución de mayo

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El evangelio del capitalismo: Venid y consumid Mario Delgado C on la crisis, cada vez es más numeroso el grupo de europeos que piensan que el modelo económico debe cambiar, que el andamiaje del capitalismo es endeble y que sus promesas no son duraderas pues las crisis se repiten cada vez con mayor frecuencia. Y, por lo tanto, tampoco seguir más con las agotadas recetas de austeridad social que a través de Bruselas, el centro de la Unión Europea, les envía la adalid del dominante capitalismo alemán, la canciller Merkel. Unas recetas que salvaguardan a los banqueros y capitalistas que generaron la debacle a costillas del bienestar de la gente común. Muy pocos de ellos han sido llevados a tribunales por su codicia e irresponsabilidad. La ilusión de que cada europeo podía convertirse en un pequeño capitalista se derrumba con pasos de gigante. Y esta ilusión se deteriora y afecta a varias de las generaciones, entre ellas los jóvenes del sur, -España, Portugal, Italia, G

De los estudiantes colombianos a la indignación global

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Mario Delgado L a indignación crece en el mundo. Los dineros públicos en Estados Unidos y en Europa van hacia el rescate de la banca mientras se recortan beneficios sociales de los estados de bienestar. En Latinoamérica los estudiantes protestan por su futuro –no quieren ser autómatas, máquinas que repiten el mismo discurso de siempre- y, particularmente en Colombia, donde la protesta había sido satanizada como terrorismo, la movilización masiva de estudiantes ha hecho que el gobierno retire un proyecto de Educación Superior que en resumidas cuentas convertía la educación en un negocio más.  Muchos coinciden en que la educación es el motor que impulsa la equidad y el desarrollo democrático y se dice que un pueblo ignorante vive de ilusiones, desperdicia sus recursos y no distingue el discurso real de una prédica demagógica. El camino que debe recorrer  un estudiante colombiano de las clases populares en una sociedad fuertemente estratificada como la colombiana, es

“Un país que consume más es un país feliz”

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Mario Delgado "El signo estampado sobre cada cuerpo y cada  alma es el precio". Octavio Paz. M arc Augé, un antropólogo francés dice que en el capitalismo el índice de consumo es el índice de salud de un país. Y en España, que está en plena crisis, los diarios que quieren dar un dato alentador, anuncian que las ventas de carros subieron en algunas unidades el mes pasado y cosas así. Se consume un poquito más. Y ese tipo de información que quiere fervientemente ser optimista en medio de las caídas de las bolsas, del incremento del techo de la deuda de los Estados Unidos, de los ataques a los Estados  de bienestar se ha vuelto machacante y llena de contradicciones. E n Barcelona anochece y descanso un poco del trajín de verano cerca de la torre Agbar, sede de una multinacional del agua. Miro las luminarias de diseño que iluminan la plaza de la Farinera, vecina a la imponente torre iluminada de violeta y azul y al moderno tranvía que pasa. Estos tres e