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Solar de Ian McEwan

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Mario Delgado C on el trasfondo del calentamiento global y escenarios que van desde el Ártico hasta un rincón camuflado de Nuevo México, pocas veces había leído una novela cuyo autor se burle tan descarnadamente de su protagonista. Este, su propia víctima, es Michael Beard, un físico cincuentón laureado con el nóbel, cuyo nombre está ligado al de Einstein en una combinación matemática famosa. Beard está en sobrepeso, es glotón, tiene a sus espaldas cinco matrimonios y un encubrimiento de homicidio y goza de un atractivo especial entre las mujeres gruesas y maternales. Ian McEwan (1948-   ) Tal es a grandes rasgos el personaje creado por el escritor Ian McEwan en su novela Solar publicada en 2011 y que ha caído a mis manos para mi diversión en vacaciones. Ian McEwan es uno de los autores británicos más reconocidos hoy en día. La novela también permite entrever, con las habilidades para la sátira y el humor que posee el autor de Operación Dulce y  Expiación , los entre

Canción nocturna de Leon de Greiff

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León de Greiff, 1931 E n tu pelo esta el perfume de la noche y en tus ojos su tormentosa luz. El sabor de la noche vibra en tu boca palpitante. Mi corazón clavado sobre la noche de abenuz. La noche está en tu frente morena, erguida y frágil y en tus brazos que un vello sutil aterciopela. La noche está en recónditos parajes de tu cuerpo: -la noche perfumada de nardo y de canela... La noche está en tus ojos brunos, iridiscente: constelaciones bullen en su vivaz burbuja. La noche está en tus ojos brunos, cuando los cierras: noche definitiva, noche agorera, noche bruja. En tus oídos toda la música de la noche se refugia, y te arrulla con vago susurro... En tus oídos, toda la música de la noche, y en  tu voz, y en tu risa, y en tu tácito llanto... En tu frente, su angustia latente insomne yerra, y en tu pecho amoroso, su tormentosa luz. En la noche sortílega, sortílego discurro... El sabor de la noche vibra en tu boca palpitante. tus manos son dos pálida

Muerte al sureste de la ciudad, una crónica

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Victoriano Lorenzo Tinajas E stoy parado sobre un puente de concreto; de norte a sur y viceversa desfilan por la calzada toda clase de vehículos. Para llegar al sitio que quiero visitar debo entrar primero al barrio Los Braceros y luego al Avelino Ull. Frente a mí, al pie de un árbol sobre la margen derecha de la quebrada, un grupo de muchachos me observa con inquietud. El viento se lleva el aroma a marihuana. No me dejo atrapar por el temor de saber que me encuentro en una zona de alto riesgo; les devuelvo una leve sonrisa y un rápido gesto. Así abrí la puerta de esta especie de territorio aparte e ingreso a él con la tranquilidad de quien no tiene nada que perder. Camino despacio, corriente arriba de la quebrada; no observo cosa distinta que el “río” para dejar suficientemente subrayado que es lo único que me interesa. Me adentro, mientras a mis espaldas una patrulla de policía motorizada decide devolverse de su ruta inicial y le pide identificación a algunos muchachos

El veneno de las elecciones colombianas

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Juan Gabriel Vásquez, en El Espectador 23 mayo 2013 Hace años, cuando Uribe nos decía que el país se iba a caer si no votaba a favor de su referendo contra la corrupción y la politiquería, nadie hubiera podido imaginar que en Colombia pudiera pasar lo que ahora está pasando. Más tarde, a finales de 2007, escribí una columna sobre el fracaso del referendo; de aquella administración dije que era, justamente, la más corrupta y politiquera de la historia. En esos tiempos, opinar contra Uribe era algo que simplemente no se hacía, a pesar de que la realidad era lo que era: el DAS infiltrado, la reelección comprada con notarías, el superintendente de notariado destituido por corrupción, los congresistas presos por corrupción, el presidente pidiéndoles que voten si no están en la cárcel, los magistrados y periodistas espiados y sus teléfonos chuzados: corrupción y más corrupción, corrupción acompañada de politiquería como no se había visto en Colombia. Y todavía ni siquiera había es

La guerra perpetua y las elecciones presidenciales de 2014

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La guerra perpetua Martha Ruiz , publicado en Semana, 18 de mayo 2014 O nos encaminamos a darle un cierre definitivo al conflicto de manera civilizada, como proponen varios de los candidatos, o nos quedamos anclados en l a barbarie de la guerra, tal como propone Uribe, a través de su candidato Oscar Iván Zuluaga. El viernes pasado ocurrieron dos hechos muy esperanzadores. Por un lado gobierno y Farc cerraron el punto de la agenda sobre narcotráfico con un compromiso de las guerrillas de romper cualquier vínculo con esta actividad, y del gobierno de por fin tratar a los cultivadores de coca como verdaderos ciudadanos. Santos dijo en una alocución algo en lo que tiene razón: nunca se había llegado tan lejos, nunca habíamos contemplado tan de cerca la posibilidad de acabar con la guerra y construir la paz. Funeral de 20 campesinos asesinados por paramilitares en 1999 en Yolombo, Antioquia Un segundo hecho histórico es que las Farc y el Eln anunciaron un cese del fuego.

Censura republicana

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Ecos de la Historia Gonzalo Buenahora Agencia de Noticias Vieja Clío . Santafé de Bogotá, 1822. Censura republicana A yer, 13 de mayo, el general Francisco de Paula Santander , preocupado por el prestigio de la Iglesia Católica y congruente con su “lucha contra los impíos”, expidió un decreto que pone fuera de circulación los libros del italiano Pietro Aretino: “La vida privada de los Doce Césares” y “Los Placeres de Julia”, obras francamente escandalosas. También se conoció en este medio informativo que el futuro “Hombre de las Leyes” estudia la posibilidad de incluir en su particular “índice republicano” las obras del francés Carlos Francisco Dupuis : “La Filosofía de Venus”, La Teología portátil”, “El Cristianismo desenmascarado” y el “Origen de los Cultos” por considerar tales escritos libertinos, obscenos y contrarios a nuestras buenas costumbres y a la Santa Fe Católica.  Voltaire Pero es de subrayar que el régime

Gabriel García Márquez, postmortem

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Por Victoriano Lorenzo, Popayán E l pasado jueves 17 de abril aconteció lo que todo el mundo esperaba: el fallecimiento de don Gabriel García Márquez , cuya obra literaria nos sacó del cesto del olvido para mostrarnos al resto del planeta mediante el recurso literario de aquel Macondo real y fantástico que es Colombia y América.  Las tintas de los eruditos y las de los no tan eruditos se derramarán sobre el blanco papel (SIC) para homenajearlo; recordarán el momento en que “Gabo se bajó de su Volkswagen 55 para saludarme, un día miércoles de Semana Santa, en Popayán”; se contarán anécdotas acerca del encuentro con Gabo que el destino– con sus jugadas inesperadas– frustró. Edén Pastora, por ejemplo, dijo: “Cómo sería la amistad que nos teníamos que hasta me dormí delante de él”. En fin, reguero de tinta y palabras por todos lados, tinta lacrimosa en algunos, cálida palabra en los más, inane en muchos,   elogiosa en todos. Porque serán muy pocos los que le agravien– no o