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Alguien que despierta, de Aldo Pellegrini

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Aldo Pellegrini fue fundador del primer grupo surrealista de Sudamérica en Argentina. Médico de profesión, amigo de Enrique Molina, fundador de revistas literarias, dramaturgo, crítico de arte y poeta, difundió la vanguardia en Latinoamérica. Uno de sus libros más conocidos es Antología de la poesía surrealista en lengua francesa. Alguien que despierta A bre tus ojos de barro tus ojos de cielo y de noche interrumpida tus ojos de alfombra, tus ojos pisoteados ábrete a la luz y a la sombra y a los vientos a la sombra negra que arrojan los cuerpos. Árbol de la ceguera, de las muertes, camino de las desapariciones, marchas hacia los ojos abiertos del tiempo hacia el agua pura del instante que corre cuando te detienes te tornas invisible cuando andas te destruyes sólo eres la sombra de la idea de ser pero con el hueco de tu mano ves todo por el hueco de tu mano te derramas, cuerpo ávido de caricias de atmósferas, mil vec

¿ Aún me amarás mañana ? Angelita

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Aún me amarás mañana?  https://www.youtube.com/watch?v=1cJuC7F-3Z4 En Spotify: https://open.spotify.com/intl-es/track/7qDzL81AdBRmENW1VscOgN?si=1c5c884e5aed4ce3 E n los 70´s, este tema cuyo original es de la cantante gringa Carole King, era una canción que se escuchaba con frecuencia en la radio; buena parte de los universitarios la conocía, así como las de Eliana, Ana y Jaime, Pablus Gallinazus pues eran los tiempos de la canción protesta hecha en Colombia. Para muchos, ' Aún me amarás mañana ' fue un acercamiento hacia el movimiento del Nadaísmo y hacia la pareja emblemática de Angelita y Gonzalo Arango, el poeta cuya vida terminó en 1976 en un accidente de auto cerca de Villa de Leiva. Esta versión de Angelita, evoca los lejanos aires de la protesta de los 60´s y 70´s cuando las utopías parecían posibles y la contracultura se expandía. La protesta juvenil era multiforme,  desde la rebelión con raíces marxistas a la influida por el movimiento de las flores california

John Taylor

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D e padre de Providencia y madre de Pasto, John Taylor Gavilanes fue mi compañero de colegio hasta el cuarto medio. Fue una extraña mezcla de las culturas que anidan en los extremos de Colombia a quién le perdí el rumbo hasta una tarde cuando encontré un libro de cuentos firmado por John en la casa de veraneo de un amigo. ¿Cuando empezó a darse cuenta de la complejidad de sus orígenes, desde el sur de Colombia, donde las raíces del Tawantinsuyo están vivas, hasta las islas colombianas en el Caribe, donde muchos hablan inglés y practican la religión bautista? Ha muerto en Pasto a los sesenta años y he encontrado varias notas sobre su vida y su obra en una búsqueda rápida en las noticias de la red. La escritora Melba Escobar hace una semblanza de la movida vida de John. El teatro, la literatura, los talleres de creación literaria ocuparon sus días en la isla. Me quedan estas dos crónicas sobre su vida y recuerdos vagos cuando éramos adolescentes en el colegio de los Jesuitas en Pasto.

Pola Oloixarac

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Mario Delgado B iología, internet, interconexión entre lo privado y lo público, hackers, máquinas, precursores de las nuevas guerras, son los protagonistas de las novelas de Pola Oloixarac (n.  Paola Caracciolo ) , escritora argentina de Buenos Aires.  Sus dos libros publicados hasta ahora, Las teorías salvajes y Las constelaciones oscuras , mezclan personajes que, como precursores desde el afán clasificatorio y positivista del siglo XIX, buscaban la interconexión entre las especies animales y vegetales, entre máquinas y humanos; interconexión atrevida entre el ADN y hackers que con sus máquinas planean guerras y pirateos globales dada la interconectividad que hace vulnerables a los estados y la 'libertad' individual. Pola Oloixarac Controlar las redes y la información incluso la genética (Un banco de ADN), y al mismo tiempo, preservar la libertad en un mundo interconectado donde lo privado se diluye son sus preocupaciones escritas de una manera cautivante y 

Recuerdos de Egon Wolff

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Mario Delgado E stos son solo recuerdos. Pero también una especie de obituario. En cuarto o quinto de bachillerato, en el colegio de los jesuitas en Pasto, Javier Sanín, un sacerdote de la compañía, nos daba literatura española, y de vez en cuando, en las clases leía para nosotros, en voz alta y con una dicción sobresaliente, textos que le parecían interesantes, desde historias de terror hasta obras de teatro. La clase permanecía atenta, en un silencio desacostumbrado para muchachos de quince o dieciséis años, con el bullarengue metido en la carne de adolescentes. El padre Sanín nos metía en la cabeza la sensibilidad por la literatura y nos mostraba el lado desconocido de la sociedad a la que íbamos a salir de pleno dos o tres años después. Una de esas lecturas era una obra de teatro de un chileno llamado Egon Wolff, que siempre recordaba y que una día afortunado pude leerla por completo pues, en una venta callejera de libros, conseguí el libro donde estaba parte de su obra

Germán Mendoza, maestro de periodismo

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GUSTAVO TATIS GUERRA, El Universal, 8 de marzo de 2017 E n 1995, Germán Mendoza Diago integró el equipo de periodistas que trabajó en la creación de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Desde muy niño la pasión de Germán Mendoza Diago (Ciénaga de Oro, Córdoba, 1959), ha sido el periodismo y la literatura. A sus 18 años, empezó a trabajar como periodista radial en 1977 en el Noticiero Todelar. Han transcurrido cuarenta años, y su pasión sigue intacta. Viene de una estirpe de periodistas singulares en la historia de la región y el país: su vocación se ha enriquecido con otras disciplinas como el cine, al que ha consagrado su mirada no solo como espectador y crítico, sino como creador, porque también se embarcó en la aventura de hacer cortometrajes.  A él le debemos su visión y motivación en la consolidación de los cineclubes locales como el de la Universidad de Cartagena. Junto al cine, desarrolló en sus años juveniles la escritura de cuentos y poemas, y en ot

Leonard Cohen

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L o conocí tardíamente aunque sabía que era un poeta y que sus canciones eran tristes como el otoño, que era un canadiense nacido en Montreal , de origen judío que había vivido en una isla griega. Luego, cuando viví en España, leí que sus conciertos en la península eran concurridos y que tenía muchos fans.  Los CD con su música se encontraban en las bibliotecas de los barrios de Barcelona (Fuster, PobleSec..), bibliotecas que eran como refugios para viejos e inmigrantes temporarios como yo, donde se podía con entusiasmo descubrir libros, autores y música. Agregué después sus canciones en las listas de Spotify nostálgicas del rock y de los cantautores de los 60-70 que me transportaban a esas épocas post hippies que viví en Popayán con La Rueda.   Ha muerto y ahora cuando paso un tiempo de trabajo en Barcelona, leí una crónica en el País de España que reproduzco y da cuenta del ímpetu vital de este artista canadiense. Tiempo después, cuando estuve un tiempo en Grecia, escuchaba

El plebiscito sacó la peor porquería de Colombia

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Por: La Pulla, El Espectador, 13 de octubre de 2016 E ste video es una necropsia a la soberbia del Gobierno en su campaña por el Sí en el pasado plebiscito y a las mentiras, campaña sucia e incitadora del miedo del No.  Ahora en Colombia estamos en la incertidumbre, no sabemos si la guerra sexagenaria continuará, si persistirán los acuerdos que vislumbraban un poco más de tolerancia política y equidad entre el campo y la ciudad.  Uribe y su política de guerra querrán la contrareforma agraria, ni hablar de impuestos a las tierras ociosas ni retirar los privilegios a los terratenientes; querrá la impunidad para sus huestes malditas, que cooptaron con violencia el Estado colombiano. El video de La Pulla, de El Espectador, muestra como la pasada contienda sacó a relucir la escasa preparación política de los colombianos, la facilidad de la manipulación mediática con falacias y mentiras repetidas sistemáticamente y la oportunidad perdida de estar ya trabaja