Meridiana, Barcelona
Meridiana se encuentra desierta en esta lenta tarde de verano en Barcelona. Se ven escasos transeúntes entrando a la boca del metro en Clot.
Sopla un viento suave y no hay demasiado calor pues ayer se abrieron los cielos y la ciudad se lavó.
Esta escultura de Guinardó es la de un niño que corre tras un aro, un juego ya olvidado por la urbanización inclemente de Barcelona y por el sofoco del ladrillo.
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