El desacelere
Mario Delgado
Parece que descansaremos por un tiempo de la aceleración impuesta por el presidente saliente a la vida de los colombianos. Generó a través del miedo y de la mentira repetida en los medios afines la ilusión que había que trabajar sin descanso. Pero lo que aun no queda claro para muchos es que la aceleración y el trabajo del que se va, era para sus propios intereses, para sus poderosos y oscuros allegados y para el gran capital financiero y minero.
El engaño colectivo se develará lentamente en la medida que su figura omnipresente de caudillo autoritario se desvanezca con el tiempo implacable. Pero él luchará porque esa imagen de acelere y escándalos cotidianos autogenerados persista para que pueda seguir siendo la figura salvadora y ser llevado como un padre de todos a los altares al lado del Corazón de Jesús.
También los colombianos tardaremos en darnos cuenta que las prisas eran las suyas, no las de todos, y servían alevosamente para dividir al país en odios sin ningún proyecto que tratara de unificarnos por la solidaridad o la equidad.
Es posible que sea optimista en esperar que otro ritmo llegue y quiera permanecer, pues los tiempos del capital, de la farsa y de la narcocultura tendrán una gran resistencia a cambiar; serán un fardo de inercia que pese por décadas en la nuca de los colombianos.
Caricatura de Mheo, 6 de agosto de 2010, en La Silla Vacía.
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