Cambio de aires


Un trancón por un entierro a la altura de Timbío, Cauca, en la vía Panamericana me recuerda que nuevamente estoy en Colombia y que hay que volver a la costumbre de la paciencia por situaciones que no deberían pasar.

Una larga cola de camiones, carrotanques, autos pequeños se acumula en el lado sur-norte de la vía. Antes de que se sepa que el trancón se debe a un entierro que avanza a su paso dolido y solemne por la Panamericana que corta la mitad al pueblo de Timbío, los viajeros no entendemos porque avanzamos unos pocos metros cada vez. Cuando ocurre un trancón por un derrumbo o una caída de tierra y rocas en la vía por la tremenda temporada de lluvia, La Niña, que inunda a Colombia, el paso esta obstruído por un largo tiempo y los vendedores de comida aparecen en la carretera. Pero no. El entierro podía pasar por una calle lateral sin embargo lo hace justo por la via Panamericana que hace las veces de calle principal, la única que soporta el tráfico entre Nariño y Cauca y por lo tanto entre nuestro país y el Ecuador. 

Otra vez Colombia...El alcalde de Timbío debería hacer que esa importante carretera tuviera una variante en su municipio pero seguramente estará en otras cosas. Y así sucede en Piendamó, Mercaderes, La Unión, Chichahuí, la Unión, Buesaco. Pero la más crítica es la de El Bordo pues los sábados y domingos las ventas callejeras se hacen en esa vía.

La paciencia se muda desde las lentas colas en los supermercados, desde la agobiante burocracia de la universidad en Barcelona, a estas situaciones nuestras. Ya estoy en casa.

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