Popayán en aprietos. Publicado en El Liberal de Popayán, 4 de junio de 2012

La Ciudad en aprietos

Favio Arévalo 

Popayán se ha estancado por dirigentes anacrónicos promotores de ciudades infelices.

Popayán es una ciudad dotada de condiciones ventajosas frente a otras similares en el país. A su favor cuentan su tamaño, ubicación geográfica, topografía, clima, áreas verdes, portabilidad, etc. Paradójicamente, con tales gabelas su atraso es uno de los más grandes del país. ¿Qué está ocurriendo entonces?


Vista área del parque Caldas, mal peatonizado y remodelado a grandes costos

De nuestras ciudades capitales, Popayán es tal vez la más gobernable, la más manejable, la menos complicada, la menos intimidante para proyectarla. Pero su deterioro es cada vez más avanzado. Presenta uno de los peores índices de desempleo de Colombia, anarquía en el espacio público, informalidad que campea, críticos niveles de miseria, crisis en servicios públicos, “desmadre” de los actores de la movilidad, caótica accesibildad, indignidad en la atención al ciudadano, contaminación visual y por ruido sin dolientes oficiales, calidad de vida en picada, etc.

Un sendero abandonado en el Cerro las Tres Cruces
Peor aun cuando funcionarios oficiales sin sentido del servicio, se imponen privilegios en el uso del espacio público.

El 31 de marzo del 2008 (como producto de mi autoría e iniciativa) postulé al Cauca para los Juegos Nacionales 2012, sede que fue adjudicada, gracias a esta indispensable gestión.

Uno de los objetivos de este logro (que me ha sido alevemente desconocido gracias a la mediocridad y mezquindad de funcionarios incompetentes) era crear un referente histórico para construir durante dos años previos al evento un modelo urbano de identidad, cultura ciudadana y convivencia. Esa oportunidad se perdió. Ahora se harán unos juegos de trámite, muestra de la pequeñez y estrechez en la visión de desarrollo.

Hay funcionarios que salen a lucirse haciéndole creer a la gente que en popayán se vive como en Suiza. Para muestra una perla de un dirigente que refiriéndose al servicio del agua, asevera: “no hay necesidad ni de hervirla, ya que su consumo no causaría ningún tipo de enfermedad”. Temeraria afirmación, ya que nadie está en capacidad de garantizar la asepsia del líquido que llega a cada hogar. Por seguridad y salud pública recomendamos hervir el agua, el riesgo de la presencia de gérmenes persistirá. Pero como dijo Mark Twain: “Es más fácil engañar a la gente que convencerlos que han sido engañados”. Estas son muestras del atraso y la pequeñez del desarrollo que ha estancado a la comunidad por dirigentes anacrónicos promotores de ciudades infelices.

Pero gobernar es rectificar. Especialmente cuando se es sabio y generoso, para dar timonazos a favor de la gente. Gobernar es pactar, pactar no es ceder. Es hacer que el pueblo piense y participe, para que se deje gobernar. Quizás el arte de gobernar sea precisamente eso: el arte de saber valorar al pueblo y esforzarse por alentar y cumplir sus sueños.

Fabio Arévalo
 fabio21@gmail.com

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