Miguel Angel Bastenier
Mario Delgado Noguera
Miguel Ángel Bastenier es un periodista español polémico. Crea con
sus artículos la necesidad de releerlos y rumiarlos, no por la pesadez
de lo que escribe sino por el gusto de regocijarse con el uso que hace
del castellano.
Busco sus columnas en El País de España y las ocasionales que escribe
en Colombia para El Espectador. Y sus columnas periodísticas me dan más
gusto aun porque una de 2009 (1) no les agradó a
los uribistas, cuando su líder buscaba la reelección por medio del todo
vale que tanto daño le ha hecho a Colombia. El título del artículo que
los molestó era “Colombia no se mira en el espejo” y la frase que
produjo el escozor profundo fue: “Colombia, como Dorian Grey, no quiere
mirarse al espejo porque la lista de desaguisados que amojonan el
segundo mandato presidencial, haría enrojecer hasta a un dictador”.
Recientemente, Bastenier dijo en una entrevista (2) que
Colombia es un país de una susceptibilidad enfermiza y que por
consiguiente no escribiría un libro que venía adelantando sobre el país.
Esta opinión convenía traerla a colación porque uno de mis afanes es que los colombianos nos
miremos al espejo tal como somos, sin disfraces ni postizos. Sin
la felicidad impuesta que fluye del actual Jefe de Estado cuando promueve la imagen del país, no la realidad de un país desigual.
En esa entrevista el periodista también compara los dos últimos
gobiernos y el proceso de paz que se ha iniciado. Creo, con él, que es
importante que el país acepte las críticas para re-mirarnos de frente a
un posible futuro sin conflicto, en el caso de que las conversaciones
con las Farc sean exitosas. De acuerdo a un sondeo llevado a cabo a
principios de septiembre por el Centro Nacional de Consultoría, 74% de
los encuestados valoró positivamente el paso dado por el gobierno. Así
que estamos en un ambiente de esperanza.
Bastenier piensa
que el principal problema es la inequidad y la falta de democracia, que
resume en el atraso de modernización de Colombia. Afirma que en los ocho
años del gobierno de Uribe se retrocedió en poner al país de acuerdo
para modernizar al país. Cada vez queda más en limpio que el propósito de Uribe no era ninguna propuesta
común basada en la unión de los colombianos, más bien actuó como un caudillo que
defendía los intereses de sus allegados al desinstitucionalizar el
Estado para poder actuar con impunidad.
De tal manera que evitar la herencia de los dos periodos nefastos y no quedarnos en los slogans: “Colombia es pasión”, “El mejor
vividero del planeta” y la de ahora, “ La respuesta es Colombia”,
permitirá liberarnos de nuestro dogmatismo, del aturdimiento crónico que
produce mirarnos en el espejo de la realidad deformada y del miedo a
vivir sin las cadenas que imponen las elites que se entregaron
a un personaje tan ominoso como el ex-presidente.
Las Farc son un síntoma crónico y no la causa de este conflicto, por
lo tanto en las conversaciones habrán contradicciones y visiones del
país que se deben negociar. Los cinco puntos generales de la agenda
apuntan a destrabar la inequidad. Septiembre ha traído un paso
importante y requiere de miradas sin estereotipos porque paralizan el
pensamiento. Los medios tienen, sin lugar a dudas, un papel muy
importante en esta construcción de futuro para Colombia. Bastenier dice
que la prensa, por ejemplo, es necesaria con sus críticas cotidianas, para
fabricar una sociedad, para planear el aterrizaje hacia quienes somos y
dónde estamos.
Nota: Bastenier murió en Abril de 2017.
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