Patria violenta


"Hace mucho lucho por no permitirle a mi conciencia ninguna dimisión ante una propaganda de carácter religioso, encaminada a estimular más las potencias de la fe que las posibilidades de la inteligencia." 

Jorge Gaitán Durán


He leído en el tiempo de espera entre la lluvia y los viajes, un libro sobre Jorge Gaitán Durán publicado por la Universidad de Antioquia. "Un mar que se ignora" es el subtítulo que el autor, Mauricio Ramírez, ha puesto a su libro, al referirse a la obra de este escritor nortesantandereano, fundador de la revista Mito, a sus preocupaciones éticas por el papel de los escritores. También es una necesidad de navegar por su obra, de releerla en la actual época de definiciones que debemos tomar los colombianos.

La autonomía en el pensamiento y en sus escritos, fuera de todo dogma, y el compromiso independiente de su pensamiento con el país, fueron las características de la obra de Gaitán Durán en la política, en su crítica del cine y en la literatura.

Murió joven a los 37 años, en un accidente de aviación, retornando de Europa.

 
Jorge Gaitán Durán (1924-1962)




Dos de sus poemas:


Patria violenta


Violenta patria mía:
en mí creció tu amor tardío
como una bocanada de perfume salvaje.
Todo estaba impregnado de tí,
el mar, los cien países
que conocí, con tu dolor siguiéndome
como si fuera ya mi propia sombra.
Me bastaba nombrarte y ya tenía
el gusto de tu piel: un sabor a panal
colgado en los fragmentos de los árboles.
Mientras más me alejaba de tu suelo
más me reconocía en tu destino,
mi amor era más grande y tu belleza
rural crecía con el sufrimiento.
¿Ahora quién podrá negarme
tu combate nocturno?
¿Quién podrá quitarme de las manos
el puñado de tierra empapada en sangre
de mis hermanos y esa rama verde
que antes de partir arranqué de tu seno?



Se que estoy vivo


Se que estoy vivo en este bello día
acostado contigo. Es el verano.
Acaloradas frutas en tu mano
vierten su espeso olor al mediodía.
Antes de aquí tendernos ni existía
este mundo radiante. ¡Nunca en vano
al deseo arrancamos el humano
amor que a las estrellas desafía!
Hacia el azul del mar corro desnudo.
Vuelvo a ti como al sol y en ti me anudo;
nazco en el esplendor de conocerte.
Siento el sudor ligero de la siesta.
Bebemos vino rojo. Esta es la fiesta
en que más recordamos a la muerte.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Reseña histórica del cerro de las Tres Cruces de Popayán

Dos poemas de Enrique Buenaventura

De Federico García Lorca, un fragmento de Poeta en Nueva York

Los cafés de Popayán y de mis viajes