Un raponazo a la ciudad de Popayán


Ana María Ruiz
El 10% del hueco
@anaruizpe
El mes pasado “escuché” en una conversación de patojos en Facebook algo como ¿pero al fin se van a llevar las procesiones a campanario? ¿cómo cree que va a pasar la procesión por la calle quinta? Y vi ingeniosos fotomontajes de pasos y andas intentando surfear sobre huecos enormes.

Francisco Fuentes retocado por el partido Conservador

Los huecos que dejó el acueducto en las calles tras cambiar las tuberías, debían en ese momento ya estar tapados, y la ciudad estar lista para la Semana Santa. Pero el consorcio Vías Popayán contratado para taparlos, que no para abrirlos,  no lo hizo durante el año que tenía de plazo, de acuerdo con la licitación que se ganó y cuyo monto era superior a los $8mil millones de pesos.
El contratista recibió el 10% como anticipo, más de $800 millones de pesos, y entre las perlas del rosario de irregularidades que cometió, según el Contralor Municipal, están “Las máquinas se quedaban sin combustible, no pagaban los sueldos a los empleados, el representante legal no aparecía”. Un raponazo a la ciudad.
El Consorcio Vías Popayán es una unión de empresas yo-con-yo de “El Emporio de García”, como conocen en el lucrativo sector de las obras públicas del Valle a Fabián García Ríos. El consorcio es 50% de una empresa llamada García Ríos Constructora, y 25% más de una persona llamada Fabián García Ríos. Por ese solo detalle se habría podido descalificar esa propuesta.
La cosa podría ser peor, siguen las “conversaciones”. – Remember Nule que se tragaron como traquetos recién coronados anticipos mucho más jugosos. Éstos sólo nos robaron el 10%, podría haber sido peor… Opiniones de internet que pasan por encima de quienes  sufren el día a día en la agujereada Popayán, de quienes tratan de cumplir una cita en el Parque, surtir una tienda en Villa Mercedes, atravesar el barrio Bolívar para llegar al hospital. Nada peor podía sucederles, que el tierrero permanente de una obra inconclusa.

Fabián García Ríos

Pero sí, podía ser peor. Hubo el momento en el que tocaría cancelar las procesiones por algo así como “inexistencia de terreno transitable”. Ninguna razón diferente a un terremoto o un aguacero ha obligado jamás a cancelar las procesiones de Popayán, no sería este el momento para que un alcalde se arrogue semejante potestad por cuenta de su ineptitud.
Así que la solución apareció bajo la forma de un enésimo contrato para que “otro” contratista tape, de manera extra rápida y provisional, lo que el contratista no tapó en un año. “Tapen tapen” por donde pasan las procesiones, así a la cuadra siguiente los huecos permanezcan. Otro contrato que se paga con la plata de todos en Popayán, como el 10% del hueco robado.
La provisionalidad de la medida tomada para que se arreglen las calles por donde pasa la procesión, y sólo esas, es de público conocimiento. El relleno usado durará unos meses al cabo de los cuales las calles se empezarán a quebrar, señal de que es momento de abrir una nueva licitación, esta vez para reparar las calles rotas del parcheo provisional, y así. La gente en Popayán sabe que la desidia de la administración es infinita y que se roban los huecos una y otra vez mientras el polvo se barre en cada casa y cada tienda y la ciudad intenta sobrevivir al caos de una obra eterna.
Con razón, las ganas de revocatoria al alcalde crecen. Porque la procesión va por dentro.

El consorcio García Ríos: http://www.elpueblo.com.co/elnuevoliberal/la-encrucijada-de-movilidad-futura/

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