El Jardín de los sicópatas, nuevo libro de Felipe Solarte


Mario Delgado


No hay duda que Colombia es un país pródigo en noticias truculentas; no en vano no solo es un país sino muchos países, caben costeños y pastusos, paisas y vallunos, hay gente atildada y sofisticada en los altiplanos andinos y gente que vive a la orilla de los grandes ríos como lo han hecho por centurias; arrastramos penosamente una guerra larga entre el gobierno y las Farc donde se desarrollan historias trágicas y policiales. Chuzadas, terrorismo de Estado, la corrupción omnipresente, la mentira y la calumnia como forma de gobernar y hacer oposición, gobiernos ineficientes que permiten al mismo tiempo un riesgo de apagón y la venta irrisoria de sistemas públicos y rentables de energía.

Las noticias generalmente son escándalos que en otros países permanecerían mucho tiempo en los medios pero que aquí se apagan como interruptores cuando un nuevo escándalo sobreviene. Chuzadas, Palomino, el Procurador persiguiendo a quienes luchan contra la corrupción, dineros públicos extraviados en la nueva refinería de Cartagena, un cura que incita a formar grupos de paramilitarismo y exterminio y toma el nombre de aventajados discípulos de Jesús, rectores universitarios con abultadas nóminas paralelas que dan al traste los menguados presupuestos oficiales, y así, cada día bajo el mismo sol y en la noche bajo lunas muchas veces de sangre, vivimos y sobrevivimos los colombianos.

De manera que no era de extrañar que Felipe Solarte tomara para su nuevo libro el recurso de la noticia para armar de manera literaria los sucesos del realismo mágico colombiano.

Aquel caso de Iván Ríos de las Farc, el accionar del grupo paramilitar de los doce apóstoles, el caso Colmenares, han sido noticias truculentas pero pasajeras en la memoria pero que vuelven como ráfagas en los relatos del Jardín de los Sicópatas, una recopilación donde se puede apreciar un estilo fluido que le ha dado el periodismo a Felipe Solarte.



Los cuentos de la primera parte del libro son juegos en torno a emblemáticas películas de los 60´s-70´s como Zorba el griego. Felipe Solarte tiene, como muchos de los que iniciamos la universidad en los setentas, la época de La Rueda, una fijación con ese tiempo, una necesidad de definirlo, de hurgar en esas raíces. He visto, por ejemplo, la repetida nostalgia de esa época en los relatos de Jaime Cárdenas, la crítica a la educación colombiana en los ensayos de Carlos Fajardo que ya se vislumbraban en sus escritos en el periódico El Liberal, la languidez y el paso del tiempo en los cafés setenteros en Oscar Sakanamboy, las crónicas del cine de esa década, en el periodismo de Germán Mendoza.

Se nota una distancia positiva y un mayor cuidado en la edición que su libro de 2012, Relatos en busca de un autor. Sin embargo su carátula, pudo ser más elaborada, más pensada. Es un libro que abre, quizá con entusiasmo, el quehacer literario en Popayán en el presente año de 2016.




El jardín de los sicópatas, Felipe Solarte Nates, Ediciones Popayán positiva, 2016

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