La Habana


Mario Delgado

"Aquí lo insólito es cotidiano, siempre fue cotidiano"
A. Carpentier


Es el ronroneo de un motor poderoso de un Chevrolet 54 de color rosado corriendo seguro de su velocidad en el Malecón de La Habana en una carrocería pesada pero ágil; unos interiores amplios, cómodos, mirar la palanca de cambios incorporada al eje del volante, sentir la brisa mojada de ese atardecer frente al mar Caribe. La Habana, es la ciudad del acúmulo de sensaciones impensadas, otros tiempos, la historia, toda la herencia histórica que los latinoamericanos hemos recibido de Cuba no solo desde la Revolución sino desde la amalgama caribeña de sus culturas y sus músicas.

Pero también La Habana es la caminata llena de sorpresas y contrastes por la ciudad estratificada por quienes no poseen y los que si poseen la manera de hacerse a los pesos cubanos intercambiables o CUCS, que en la práctica son euros con los que se puede comprar la vida diaria al estilo de los sectores pudientes de las capitales latinoamericanas. La mayoría  de los habaneros esta en la perenne venta y en la compra de algo, muchos al acecho callejero de los turistas a quienes se pegan sin piedad. Vi, en la misma caminata, escuelas decrépitas en calles imposibles, con fotos de la gesta de Sierra Maestra, y luego cuidados jardines en el Centro Histórico que, al lado de los bien delimitados estacionamientos para los modelos de automóviles de los 50´s, parecían más bien una cuidada escenografía para una película de época.


Una calle de La Habana National Geographic


Sin embargo, es al iniciar una conversación con quienes no son los dependientes de hoteles ni dueños de negocios quienes están al acecho de los CUCS de tus bolsillos, cuando se siente que se trata con personas que han tenido una formación diferente, que a pesar de las sucesivas crisis, la ley Helms-Burton, el siniestro lobby de los cubanos de Miami, dan cuenta de posiciones políticas y críticas frente al acontecer de nuestras desiguales e inequitativas sociedades. Es así como en el trabajo epidemiológico el fin último que se busca, es el bienestar y la salud de las comunidades y se percibe entre los médicos cubanos como "la" prioridad; se quisiera que así fuera y se situara ese objetivo, más lejos de requerimientos, rankings, puntos salariales, acreditaciones y otros estándares impuestos a las universidades colombianas y latinoamericanas. Es imposible negar los intereses particulares, la carrera académica y sus satisfacciones personales de la investigación, pero se siente otra manera de pensar los problemas, el cómo se piensa la investigación en la salud es diferente. Son enseñanzas que se perciben en su quehacer, en su sentido opuesto al modelo de investigación que es dominante y que está en crisis.

Retornando a la ciudad, La Habana es fascinante por lo insólito en las calles, por sus sitios históricos; pero la sentí excluyente porque te miran midiéndote los CUCS que puedes tener. Tiene el encanto y los contrastes que Leonardo Padura describe en su novela "La neblina del ayer" y en el bolero que es el eje de su relato: "Vete de mí". 

Aunque el reagetton se ha tomado algunos sectores y los restaurantes ostentosos, la buena música está en la piel de los cubanos. Músicos callejeros en la calle Obispo de La Habana vieja, viejos boleros desgarrados en las voces de viejos que cantan en los restaurantes, jazz cubano en clubes que no repiten músicos en un mes de cartel, como la Zorra y el Cuervo. 

Volver a La Habana, en la imaginación, en la sal que trae la brisa del malecón..



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