César Uribe Piedrahita, rector la Universidad del Cauca



César Uribe Piedrahita y la Universidad del Cauca



Felipe Solarte Nates

Cinco años después de celebrar 100 años de fundada y en el ascenso a la presidencia de un liberal, después de casi 40 años de dogmatismo católico y atraso científico característico de la hegemonía conservadora, con numerosas investigaciones sobre medicina tropical, arqueología, lenguas indígenas y después de un posgrado en la universidad de Harvard, llegó a Popayán uno de los rectores que intentó despertar a la universidad del Cauca del largo sueño feudal y nostalgia de lo importante que fue el departamento en el siglo XIX, cuando de su facultad de derecho egresaron numerosos presidentes.

Fue el médico, científico y novelista César Uribe Piedrahita (1896-1951) , del que en breve biografía de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, extracto lo siguiente: “En 1932 el gobierno de Enrique Olaya Herrera lo nombró rector de la Universidad del Cauca por un lapso de año y medio. Durante el tiempo que permaneció a cargo de la institución desarrolló reformas que al parecer no fueron muy bien recibidas por ciertos sectores de la sociedad payanesa, bastante conservadora y clerical; rescató un laboratorio para los estudiantes que se convirtió en uno de los mejores del país; se preocupó por dar impulso al deporte, especialmente a la gimnasia; reorganizó el museo de piezas arqueológicas; dotó y actualizó a la biblioteca para dar estímulo a la investigación; fomentó las artes e inauguró las clases y exposiciones de pintura cerámica y escultura. Adicionalmente invitó a importantes conferencistas nacionales y extranjeros a disertar sobre diversos temas; estableció las cátedras de higiene y educación sexual y permitió la representación estudiantil en los consejos administrativos de la universidad. En suma, produjo un vuelco al interior del centro educativo para modernizarlo y ponerlo a tono con los últimos desarrollos científicos."

“En 1933 escribió su novela Toá y en 1935 apareció Mancha de aceite, publicada en Bogotá por la editorial Renacimiento con ilustraciones del pintor Gonzalo Ariza”.

Carátula de Toá, de Cesar Uribe Piedrahita


Ad portas del bicentenario (2027), la Universidad del Cauca, necesita un rector(a) que siga con la política de la paz y que reviva el espíritu del malogrado Cesar Uribe Piedrahita y de quienes como el sabio Caldas, desde el Seminario Menor y la Expedición Botánica, intentaron salir de los salones de clase e investigar los fenómenos naturales, los pueblos indígenas e innumerables riquezas albergadas en el subsuelo y fauna y flora de los diversos pisos térmicos propios del trópico americano.

Sin desconocer que con la refundación de la facultad de medicina y la creación de la facultad de ingeniería electrónica, a mediados del siglo XX, la Universidad del Cauca dio pasos importantes para su modernización, el predominio de los métodos anquilosados de conocimiento y enseñanza memorística, la llevaron a dormirse en sus laureles, a tardar en salir de los claustros del Centro Histórico de Popayán y vincularse a la enseñanza, investigación y estudio en el terreno de las regiones y apertura de nuevos programas académicos.

La pérdida de miles de hectáreas de tierras en el Naya donadas a Unicauca en la presidencia de Simón Bolívar, para sostenimiento y estudio por parte de la institución, fue consecuencia de ese enconchamiento, que impidió a sus directivos de diferentes épocas, gestionar ante los gobiernos y otras universidades del país y del extranjero, el aprovechamiento de esa propiedad para proyectos de investigación y estudio. y aprovechamiento de esos terrenos.

Con la descentralización hacía Santander de Quilichao y otros municipios iniciada en la rectoría de Danilo Vivas, la creación de nuevas carreras y posgrados relacionados con el agro, la salud, ingenierías, las humanidades, comunicaciones, otras relacionadas al desarrollo tecnológico y científico actual, más la conformación de grupos de investigación científica en varias áreas, la Universidad ha dado pasos importantes para modernizarse sin renegar de sus raíces. La Universidad es vital para un departamento en el vórtice de la violencia.

Pero a la Universidad aún le falta mucho trecho que debe dinamizar el rector (a) que entre tres hombres y una mujer será escogido para reemplazar a José Luis Diago, en momentos en que las universidades públicas luchan por su democratización. También para que el gobierno les asigne presupuestos apropiados y facilite que consigan otros, con convenios, el sector privado, fundaciones y  con otras universidades nacionales y extranjeras, mediante la presentación de proyectos de investigación, ligados a la transformación creativa y sostenible de los recursos naturales, vinculando activamente a comunidades que habitan los territorios para que contribuyan con sus experiencias, trabajo y también reciban beneficios directos de las carreras ofrecidas, de las empresas que creen o de las que los empleen. La presencia del alma-mater en las regiones caucanas evita que sus habitantes sean desplazados a la brava por entes, que con la vista gorda del gobierno, quieren ejecutar macro-proyectos minero- energéticos impuestos.

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