Del discurso inaugural de Trump a las represalias contra Colombia
Mario Delgado
Lo que más sorprendió en el discurso fue su muy escaso
enfoque en las relaciones internacionales, salvo algunas escasas menciones a
América Latina. En este vacío de contenido global, el presidente está por una
visión aislacionista, un "América primero" que dejaba a muchos países
fuera de la conversación. El sabe, como presentador de la TV, que lo que maneja y persuade al público son las emociones primarias, y a esto apela cuando busca efectos. En cuanto a los países latinoamericanos,
específicamente, las implicaciones fueron evidentes: con el corte de ayuda de
USAID a naciones como Colombia, cuyo gobierno enfrenta el desmoronamiento de su política
de paz total y crisis internas graves, como el desplazamiento masivo de
personas en el Catatumbo, la falta de apoyo internacional sitúa al país en una
situación aún más precaria en el complejo manejo de la seguridad interna,
amenazada por el ELN y otros grupos que cometen crímenes y se lucran de la cocaína.
La diplomacia internacional se caracteriza por su complejidad, por sus formas, por la manera de entablar diálogos que, aunque firmes, preserven los intereses de todas las partes. Esto es algo que el gobierno de Petro, en Colombia, parece tener que considerar con prudencia al manejar su relación con Estados Unidos y no impulsar en Trump, el manejo de las emociones primarias. La exigencia de dignidad en el trato hacia los deportados colombianos, por ejemplo, es un asunto legítimo y urgente. Sin embargo, la manera de comunicarlas más allá de la red X, red a la cual el presidente parece estar sometido con enajenación, es necesaria, aunque el círculo estrecho del presidente Petro, resguardado por la superministra Sarabia, parece no darse cuenta.
La diplomacia no es un terreno para la declaración pública
desde plataformas como Twitter, actualmente X, -cuyo dueño es Elon Musk-, donde
la confrontación directa y la falta de matices pueden erosionar la posibilidad
de una negociación efectiva. La negativa de Petro a permitir el aterrizaje de
un avión con deportados en Bogotá es un acto de defensa de la dignidad
nacional, también pone en evidencia los riesgos de una diplomacia que se
expresa mediante indirectas o reclamos públicos irracionales en esta plataforma. Se debe insistir en un protocolo para las deportaciones puesto que las
denuncias de los nacionales de abuso en ese proceso, por parte de las
autoridades americanas, muestran la inhumanidad del gobierno Trump.
Lo que se requiere en este contexto es la necesidad de manejar las relaciones internacionales con cautela y, sobre todo, con un enfoque pragmático. Las situaciones actuales, como los migrantes en el tapón del Darién, y el desplazamiento de más de 40 mil personas en el Catatumbo, exigen del gobierno colombiano una visión que cuente con la capacidad de proteger los intereses nacionales, los migrantes la economía, sin caer en confrontaciones que dificulten aún más la relación bilateral con Estados Unidos. El reto, incrementado por el nombramiento de la nueva canciller, la inexperta Laura Sarabia, que no habla inglés, radica en encontrar un equilibrio entre la exigencia de respeto y la necesidad de mantener canales abiertos para el diálogo, entendiendo que los asuntos migratorios y la cooperación son áreas críticas que requieren soluciones sostenibles que no afecten la economíacolombiana que se ha venido desempeñando de manera exitosa. Imagino las reacciones de García-Peña, embajador en Washington, Murillo, el todavía canciller, y el ministro de Hacienda, el estrenado Diego Guevara.
Trump se equivoca al subir los aranceles. Si se mantienen, los estadounidenses pagarán el precio, aunque probablemente solo lentamente. Aun así, esto es lo que los votantes sabían que iban a conseguir. Como político electo que prometió durante mucho tiempo que haría esto, el Sr. Trump tiene derecho a hacerlo." Traducido con DeepL
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