Pequeño sueño con los muchachos de California
Una noche de borrachera
el recuerdo de Burroughs
y su matemática suspendida
el álgebra de la necesidad.
Lo vi en México y luego aquí
bien cerquita, en Buesaco, Nariño,
contemplaba las altas montañas
buscaba el camino que se abre.
Kerouak luchaba afanosamente por el Dharma:
la totalidad de todas las cosas
lo vi sentado en unas piedras
en la desembocadura del río Narmandie,
en el pequeño puerto de Bharuch, en el golfo de Cambria.
Algunos años después el gran santón perfumado
con su libro lleno de Buda, recorría Estados Unidos
y los restaurantes orilleros
pintados tan bien por Hopper.
Con Allan a mi lado
reviso sus cuadernos de hace 20 años:
descripción de formas espontáneas de tiempo
árboles, perros durmiendo, aviones vagando por los aires,
manzanas.
Sandwiches y helados intemporales..
Cierro los ojos, repaso calmadamente mis notas y recuerdo de nuevo a los muchachos de California.
Comentarios