Desde la Universidad del Cauca a los macizos verdes del Sur



Publicado en Proclama del Cauca

Ecos del Segundo Seminario Regional “Dialogando con la Historia en el Suroccidente Colombiano”. La Universidad del Cauca llega a los territorios del departamento






Santa Rosa, Cauca




El Macizo y el reencuentro con la historia

El bus salió a las 7.00 de la mañana del Claustro El Carmen de la Universidad del Cauca. A medida que nos internábamos en el paisaje, descubríamos el verdor intenso de la cordillera central, que contrastaba con el azul del cielo. Sobre las faldas de las montañas, se podían ver algunas casas de adobe de las que salían agricultores a trabajar en sus cultivos de café, caña, plátano, papa y trigo. En los parajes solitarios, a medida que ascendíamos, se veían árboles de arenillo, nogal y medio comino, rodeados de pastizales extensos y de rastrojos, que parecieran sorber los valles y los montes. Aurelio Arturo, el poeta nariñense, alguna vez exclamó que Colombia era el país “donde el verde es de todos los colores”. Sin duda, el recorrido al Macizo Colombiano, es una prueba viva de aquella espléndida metáfora. En el páramo que cruzamos muy despacio, estaba lloviendo. A lo lejos, en medio de la neblina, se podían ver matorrales, frailejones y parajes cenagosos. Más allá, en la distancia, se veía la selva, donde el viento acariciaba los árboles de romerillo y chachajo.


Entrada principal del Municipio de Santa Rosa.
Tomada por: Ismael Muñoz Daza, octubre de 2010


Cuando llegamos a Santa Rosa, tuvimos la cálida recepción de varios funcionarios de la Alcaldía municipal, quienes nos acogieron dándonos la bienvenida. Los docentes, dormimos en las instalaciones de las oficinas del Parque Nacional "Complejo Volcánico Doña Juana y Cascabel", que está a cargo del funcionario Diego Andrey Pérez Gómez, quien la adecuó de la mejor manera para recibir a los visitantes. 

Santa Rosa es un municipio resguardado por vastas montañas de las que desciende el aire helado de las cumbres que tocan las nubes. Es casi como un monasterio natural, donde no existen las interrupciones de la vida cotidiana como en las ciudades del país. Pudimos recorrer el lugar, y Santa Rosa se presenta como un pueblo rodeado de montañas, cerros y serranías imponentes que impulsan a adherirse con la oralidad y la espiritualidad de la región. Sus calles empedradas y casas tradicionales evocan una atmósfera histórica y cultural muy especial. 

El municipio tiene una extensión geográfica de 3.132 km2 integrado por 42 veredas, 4 resguardos indígenas, 5 cabildos y una comunidad afrodescendiente de los cuales el impacto de intervención antrópica alcanza un 9%. Tiene territorio de los Parques Nacionales Naturales de Colombia como el ya dicho Complejo Volcánico Doña Juana Cascabel, la Serranía de los Churumbelos Auka Wasi, Cueva de los Guacharos y Puracé; así mismo áreas de conservación local de zonas protectoras, Serranía de la Vieja, Oxigeno Verdeyaco, El Alatón y una zona de reserva de la sociedad civil Paraíso Bombonas.

El 12 de diciembre del año 2022 el Consejo Directivo de la Agencia Nacional de Tierras declara la Zona de Reserva Campesina La Tuna, Santa Rosa, con una extensión de 176.136 hs. Santa Rosa es un Municipio Verde de Colombia para la conservación de la Biosfera de la humanidad.


Parroquia Santa Rosa de Lima, Parque Central, Serranía la Vieja.
Tomada por: (Anónimo) un habitante de Santa Rosa, 22 de julio de 2007



Al día siguiente, empezó el seminario “Dialogando con la historia en el suroccidente colombiano”. A este evento, acudieron centenares de estudiantes de la Institución Educativa Agrícola José Acevedo y Gómez, así como docentes y administrativos municipales. Allí, profesores y alumnos de los programas de Historia y Antropología, así como docentes de la región, pusimos en discusión diferentes temas, tales como el uso de tecnologías audiovisuales en la educación, la violencia y el conflicto armado colombiano visto desde las regiones, el papel de las mujeres en la historia del Cauca y de Colombia, entre otros. El seminario tuvo una duración de dos días. 

En el ejercicio de investigación, e interacción social que se desarrolla en los semilleros de Unicauca, se concibió una propuesta a la que dedicó todo el esfuerzo y las energías posibles para organizar en Santa Rosa, el Segundo Seminario Regional “Dialogando con la Historia en el Suroccidente Colombiano” con la participación de estudiantes, egresados, docentes de historia y antropología y estudiosos, docentes, creadores y gestores de la comunidad de Santa Rosa.

Fue el desarrollo de este evento uno de los propósitos que impulsó la expedición que hemos denominado: “Desde la Universidad del Cauca a los Macizos Verdes del Sur” realizada entre el 3 y el 6 de mayo del presente año. Expedición que era todo un desafío para muchos de quienes por primera vez asumíamos la aventura de transitar 10 o 12 horas de viaje a una zona que además de la distancia acentuada por el difícil estado de la vía, no dejaba de atemorizar ante la presencia de actores armados, especialmente en algunos tramos de la zona, al parecer más frecuentes entre la Vega y San Sebastián.


El Macizo y Santa Rosa


Doce horas y 270 kilómetros de distancia separan a Popayán de Santa Rosa, el corazón del Macizo Colombiano o nudo de Almaguer. La carretera, que apenas tiene un 20% pavimentado, se extiende como una serpiente gigantesca, recostada sobre una de las caras de la cordillera central. La carretera se dirige al suroccidente del departamento pasando por los pueblos de Timbió, Rosas, La Sierra, La Vega, Pancitará, Almaguer, San Sebastián, Santiago y Santa Rosa. A inicios de mayo de 2023, un grupo de docentes y estudiantes de los programas de Historia y Antropología de la Universidad del Cauca, realizó una expedición a uno de los lugares más fascinantes y hermosos del país, la Estrella Fluvial Colombiana, lugar mágico donde nacen los ríos Magdalena, Cauca, Caquetá y Patía y, donde, quizá, se respira el aire más puro del territorio nacional.

En el Macizo Colombiano, los Andes se bifurcan en las cordilleras Central y Oriental. Al ser una importante fuente de agua y reserva de multitud de especies vegetales y animales, fue declarado por la UNESCO en 1979, como Reserva de la Biosfera.



Páramo de San Andrés.
Tomada por: Iván Fernando Muñoz Calvache, 7 de julio de 2023




Memorias en diálogo: Ecos de la expedición

El Semillero de Investigación “Antropacífico” con Entramados Bio-Antrópicos y Estudios Etnográficos Audiovisuales, quedó maravillado con el Macizo Colombiano y Santa Rosa, y lo denominaron paraíso terrenal del creador. El grupo se ha interesado en los estudios de las poblaciones del Macizo Colombiano y de manera particular en Santa Rosa, en las problemáticas ligadas a la memoria del conflicto armado en la región, así como en sus consecuencias; por ello sus trabajos en salud mental y conflicto armado, se han investigado desde los años 90, evidenciando los graves problemas y afectaciones que tienen sus habitantes como consecuencia de las acciones de los actores armados en sus territorios por más de 30 años. A ello se agrega un interés particular sobre el conocimiento de las problemáticas de salud sexual y reproductiva en su población campesina e indígena. El CICAC, “Centro de Investigación del Conflicto Armado en el Cauca” contribuyó a la elaboración de informes para la comisión de la verdad y con la propuesta de un diplomado sobre las posibilidades de desarrollar un turismo sostenible para estas zonas.


Vereda la Tarabita.
Tomada por: Iván Fernando Muñoz Calvache, 5 de mayo de 2023
.



El Semillero de Investigación “Memorias en Diálogo” nos dio la oportunidad de participar en un encuentro sumamente enriquecedor, por la experiencia humana que significo nuestra inicial expedición a uno de los lugares más extraordinarios del país: se trata del extremo oriental del Macizo Colombiano, más específicamente la población de Santa Rosa. El Macizo Colombiano se debería visibilizar por su amplia biodiversidad y cultura. Sabemos del interés que está despertando en investigadores, especialmente de las Ciencias Naturales como las Ciencias Sociales y Humanas. Creemos que la Academia podría aportar mucho en cuanto al conocimiento y divulgación de la historia de los municipios de esta zona.

Para una primera aproximación, contamos con los estudios de Juan Friede y Luis Salamanca Galíndez, quienes fueron los primeros investigadores en ocuparse de la antigua población de Simancas denominada “Andakí”, actual Santa Rosa. A inicios de los noventas, llegó a Santa Rosa, un grupo interdisciplinario de la Universidad del Cauca, conformado por los profesores Cristóbal Gnecco y Gonzalo Buenahora, entre otros estudiosos, quienes enfocaron sus investigaciones en problemas relacionados con la arqueología, la conquista y dominación hispánica, la geografía, el medio ambiente, entre otros. Como ya se anotó antes, otro grupo de la Universidad del Cauca, con la participación de la profesora Elizabeth Tabares y Lyda Catuche, han enfocado los efectos del conflicto armado en unas áreas del Macizo y Santa Rosa.

En el seminario se corroboró que el Macizo Colombiano también tiene huella histórica desde las luchas sociales y campesinas (la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI) que hicieron visible a Santa Rosa y a otros municipios del Macizo, defendiendo a capa y a espada la construcción de las vías de comunicación, la preservación del medio ambiente y algunos avances en los medios de comunicación. Es significativo que la Universidad del Cauca haya podido llegar a un rincón verde  de uno de los municipios más alejados del sur del Departamento del Cauca.


Compositores, músicos y cantantes tradicionales del Municipio de Santa Rosa. Auditorio “Pedro Gaviria”. De izquierda a derecha: Javier Calvache, Luz Carmenza Romero, Álvaro Samboní, Maestro de Música del Municipio, Nelson Erazo y Carlos Coral.
Tomada por: Ismael Muñoz Daza, 5 de mayo de 2023


En cuanto a nuestros anfitriones del Municipio de Santa Rosa, cabe señalar que en los grados primero y séptimo de la Institución Educativa Agrícola José Acevedo y Gómez, fue grato encontrar y compartir con dos niñas muy interesadas en el conocimiento de las aves. Ellas no obstante su temprana edad, asumen la función de guías de los alrededores de la cabecera municipal de Santa Rosa, sus nombres: Verónica Pérez Bambagué de (5 años) y Valery Ruiz de (12 años). Estas niñas nos deslumbraron con sus saberes acerca de la fauna y la flora de la región. Verónica y Valery son una inspiración para la niñez y juventud santarroseña. Por tanto, conviene que la universidad propicie espacios para construir herramientas que estimulen en los niños y jóvenes el conocimiento y promoción de sus saberes regionales.

Una de las frases más emotivas de Verónica y Valery, fue: “bienvenidos a Santa Rosa, queremos ser sus amigos”, aquella expresión conmovió nuestro ser universitario por tan calurosa y amable compañía.

Estudiantes de la Institución Educativa Agrícola José Acevedo y Gómez, Universidad del Cauca.
Tomado por: Iván Fernando Muñoz Calvache, 5 de mayo de 2023.


De la ciudad universitaria a los pueblos verdes del sur del Cauca

El Macizo Colombiano y la Amazonía son dos símbolos incuestionables del territorio y la geografía del país. Como ya se ha mencionado, tales representaciones han tenido en los últimos tiempos mayor visibilidad, en la medida en que ha crecido cierta conciencia en torno al cuidado del planeta especialmente de sus ecosistemas y fuentes de agua que capturan el exceso de bióxido de Carbono producido en grandes cantidades y responsable en buena parte del Cambio Climático que estamos padeciendo.

Mientras la capital caucana -Popayán- ha ocupado un lugar memorable en el país como ciudad colonial, religiosa y a la vez fundadora de la nación, paradójicamente, ese otro patrimonio de vida, naturaleza y culturas que alberga el sur del Cauca, apenas comienza a emerger, tanto por sus potenciales fuentes y recursos, como por la vitalidad, trabajo y lucha de sus pueblos, la fuerza de sus organizaciones y movimientos que los representan como uno de los actores de mayor impacto en la historia reciente del campesinado en el país.

Los pueblos del sur y especialmente del Macizo han sido también pilares en el crecimiento urbano de Popayán en el siglo XX. Encontramos innumerables recuentos de familias procedentes de Bolívar, Almaguer, La Vega, San Sebastián, Santa Rosa y sus jurisdicciones que llegaron a la capital del Cauca, muchas de ellas, aspiraban encontrar un mejor futuro para sus hijos a través de la educación. El sueño de hacerse profesionales hacía que la Universidad del Cauca se convirtiera en el ideal de un creciente número de jóvenes que aspiraban a ser médicos, ingenieros, abogados, pero también de otros programas de ciencias de la salud, ciencias sociales, ciencias agropecuarias, artes, literatura, entre otros.

Chorrera Vereda la “Tarabita”. Semillero de Investigación “Entramados Bio-Antrópicos, Semillero de Investigación “Memorias en Diálogo”. De izquierda a derecha: Valentina Muñoz, Iván Fernando Muñoz Calvache, María Teresa Pérez Hernández, Sandra Daniela Parra Muñoz, Dharma Mera, Daniela Peláez, Erika Rojas, Natalia Alexandra Orjuela y Valery Ruíz.
Tomada por: Ismael Muñoz Daza, 5 de mayo de 2023.


Hoy, tanto las municipalidades como las colonias de Popayán, recuerdan y celebran los profesionales originarios o procedentes del macizo que han sobresalido en sus campos profesionales. Por ejemplo, mientras preparábamos el viaje a Santa Rosa, nos enteramos que el doctor José Vicente Erazo, un destacado médico ginecólogo, profesor y estudioso de la historia de la medicina en la Universidad del Cauca, era originario de Santa Rosa, de donde tuvo que salir muy niño por los efectos de la violencia bipartidista de los años cincuenta. Algunos de esos profesionales siguen involucrados con sus lugares de origen y han contribuido a fortalecer en la ciudad, en los barrios y en las universidades, un lugar, un espacio de memoria y de afirmación de sus localidades y regiones.

José Vicente Erazo 



Desde nuestra experiencia en el programa de Historia de la Universidad del Cauca, recordamos en estos últimos años a dos estudiantes originarios de Santa Rosa. Una de ellas nos comentaba su travesía para llegar a Popayán, unas ocho o diez horas para llegar desde su localidad o vereda hasta la cabecera del municipio, es decir Santa Rosa, y luego 10 o 12 horas para llegar a Popayán, aunque no precisamos quizás ella provenía de Descanse, el corregimiento más meridional de Santa Rosa, la localidad fronteriza entre Cauca y Putumayo; para llegar allí desde Santa Rosa, solo se puede hacer a pie o a caballo. Nos contaba la estudiante en mención que solo podía salir de su localidad previo permiso que le otorgaba el grupo armado que tenía en ese período (2005 – 2008), el control sobre la zona. Luego sus desafíos en la ciudad era aprenderse a desenvolver en ella, adaptarse a la vida universitaria, mientras buscaba algún trabajo que le permitiera sostenerse. Eran enormes los desafíos para ella, cuyo rendimiento académico no siempre respondía sus expectativas. Sin embargo, en una clase del curso América frente a la Modernidad sorprendió muy positivamente tanto a la docente como a sus compañeros, cuando hizo una presentación usando troncos y fragmentos de plantas originarias de su región, sus usos muy beneficiosos para curar los cólicos de las mujeres en el periodo menstrual y combatir los efectos de las picaduras de serpientes venosas. Nos decía la estudiante que esas plantas no se habían registrado en los estudios científicos de la región. Ese día la voz comúnmente discreta de la estudiante se hizo fuerte y contundente al enseñarnos el uso medicinal de las plantas que nacen entre las montañas y selvas del Cauca. Al parecer las múltiples dificultades de esta estudiante le impidieron continuar con sus estudios de Historia en la Universidad.


Entre Santa Rosa y Popayán, se ha desarrollado la vida del otro estudiante que aún continua sus estudios de Historia en la Universidad. Si bien en las clases se refería a Santa Rosa como su lugar de origen y el de su familia, fue en las presentaciones que realizó en una clase de Historia y Medios, en la que tuvimos la oportunidad de acercarnos a través de sus exposiciones en clase a las historias de Santa Rosa, particularmente las formas de comunicación en los tiempos del telégrafo y los enormes desafíos para construir los caminos y las vías de transporte que conectaran a la “Bota Caucana”, como comúnmente se le nombraba al municipio de Santa Rosa y al hoy, municipio de Piamonte.


Don Pedro Gaviria, denominado el “Hombre Ambulancia”.
Tomada por: (Anónimo) un habitante de Santa Rosa.


Tres actores aparecían con más recurrencia en las historias que narraba nuestro estudiante: Fray Isidoro de Monclart, un catalán de la misión capuchina, quien impulsó el desarrollo material, social y cultural de Santa Rosa en el último siglo. Don Pedro Gaviria “el hombre ambulancia” como lo llamaban sus contemporáneos, porque ante la ausencia de centros de salud y buenos caminos para el transporte automotor, cargaba en sus espaldas a los enfermos, para llevarlos a San Sebastián o algún lugar donde pudiera tener atención médica. Este trabajo lo hacía con el acompañamiento de una mujer muy sensible al cuidado de los enfermos llamada doña Evangelina Guerrero.


Doña Evangelina Guerrero, enfermera, partera y naturalista.
Tomada por: Familia Timaná Guerrero




¿Cómo integrar a Santa Rosa con el país?

Finalmente, fue enriquecedor que la Universidad del Cauca llegara a la región más apartada del Departamento del Cauca como es Santa Rosa, un municipio alejado e incomunicado vial y telefónicamente con su entorno y el país, sus gentes amables de carácter hospitalario que habitan sus paisajes, naturaleza y bosques primarios en el pie de monte andino amazónico nos indica el potencial de recursos naturales que presenta la región de la Bota Caucana.

Los habitantes del Municipio de Santa Rosa, valoran la actitud solidaria, lo mismo que las actividades de exploración, investigación y turismo promovidas por la Universidad del Cauca. Solicitan al Gobierno nacional y departamental,  un mayor acompañamiento encaminado a solucionar las brechas de inequidad, a través de la inversión en vías, educación, salud, tecnología, vivienda y proyectos productivos que lleguen junto a programas sociales de Ciencia e Investigación a este gigante potencial hídrico y ecológico del Macizo Colombiano.

De regreso a Popayán, se realizaron varias reflexiones, a medida que el bus avanzaba por la carretera: primero que todo, aprendimos muchas cosas. De nuestra parte, llevamos algunos conocimientos académicos, pero a cambio, recibimos de la comunidad una serie de saberes maravillosos, relacionados con memoria, historia, cultura, ecología, agricultura, gastronomía y tradición oral, que quedarán para siempre en nuestras historias de vida. 

La Universidad del Cauca contribuyó decisivamente a esta primera expedición, que proponemos sea el punto de partida de un programa sostenido de interacción social, educativa y cultural que se concrete en una expedición anual y una cátedra permanente en torno a los macizos y caminos verdes del sur del Cauca. Si bien, la Universidad ha mirado el norte del Cauca, con la sede en Santander de Quilichao y al Pacífico caucano, el Macizo necesita una actividad universitaria permanente.

Los Semilleros de Investigación “Entramados Bio-Antrópicos” y “Memorias en Diálogo” de la Universidad, están interesados en la búsqueda de un conjunto arqueológico prehispánico que la comunidad quiere encontrar para que sea investigado desde la perspectiva bioarqueológica e histórica y pueda integrarse a una ruta turística de esta región que se conecta directamente con los sitios arqueológicos de San Agustín en el Huila. De todas estas actividades se planea la elaboración de un audiovisual por parte de los dos semilleros nombrados para que recoja las experiencias y perspectivas que deja la primera expedición.

Como caucanos, deberíamos apropiarnos más de estos lugares: conocerlos, recorrerlos, visitarlos y protegerlos. El Macizo Colombiano es una de las joyas ocultas más preciosas de Colombia. La visita fue corta, pero se logró compartir con los habitantes de la zona, gente amable y cálida que fue muy receptiva al evento académico que se organizó. Confiamos en poder regresar para caminar, mirar el verde de las montañas y respirar el aire puro y valorar, en medio del crisis ambiental que sobreviene, una de las principales fuentes del agua de  de nuestro país.


Colaboraron en este texto:
Ismael Muñoz Daza, María Teresa Pérez Hernández, Carlos Mauricio Muñoz Bermeo, Rosa Elizabeth Tabares, Carlos Augusto Sicard Medina, Alexander Díaz Munévar
Estudiantes del Semillero de Investigación “Memorias en Diálogo”: Iván Fernando Muñoz Calvache,
Sandra Daniela Parra Muñoz, Natalia Alexandra Currea Orjuela
Egresado del Programa de Historia: Daniel Jiménez Tacué
Colaboración Editorial: Mario Delgado Noguera


Comentarios

Entradas populares de este blog

Reseña histórica del cerro de las Tres Cruces de Popayán

Dos poemas de Enrique Buenaventura

De Federico García Lorca, un fragmento de Poeta en Nueva York

Los cafés de Popayán y de mis viajes