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Mostrando las entradas etiquetadas como Popayán

Fray Agustín de la Coruña

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Fray Agustín de la Coruña Gonzalo Buenahora Agencia de noticias Vieja Clío . Popayán, 1583    “ A cogerse a sagrado” era un recurso que en el pasado tenían los perseguidos y maleantes que se introducían en lugares sacros para evitar ser detenidos por la justicia. El fuero eclesiástico prohíbe a las milicias y a las santas hermandades penetrar por la fuerza en templos e iglesias, que constituyen refugio de personajes de pelaje y comportamiento irregulares. Hay tres motivos que justifican el asilo en las iglesias: la clemencia para con quien requiere protección, la enmienda de los delincuentes por medio de penitencias públicas y la reverencia debida a los templos.  Agustín de Hipona los expuso, así como San Isidoro de Sevilla. En el año 397 A.D. el emperador Arcadio reconoció su existencia. Por su parte Justiniano dictaminó en su  Código que el asilo debía proteger a los oprimidos, mas no a los delincuentes. Así, no siempre se respeta el retraimien

Reencuentro en torno al pintor Augusto Rivera

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Mario Delgado Noguera U n reencuentro con varios personajes que vivieron la época de La Rueda tuvo lugar ayer en el prolongado verano de Popayán. La editorial Universidad del Cauca publicó un libro sobre el pintor caucano Augusto Rivera quien ilustró el número tres de la revista de La Rueda , quizá el ejemplar más logrado desde el punto de vista gráfico. Este fue el marco para que se retejieran las remembranzas de esa época de activismo y de ilusiones culturales, en los finales de los 70´s y tempranos 80´s. Augusto Rivera (1922-1982) La presentación plena de recuerdos la hicieron su hija Martha Lucía y su amigo, el arquitecto Alvaro Thomas. Renzo Fajardo, que ilustró Voces Intermitentes, el primer librito de poesía, preámulo de las actividades culturales del grupo, Hugo Cuéllar, Cristóbal Gnecco, el editor del libro, Ricardo Paz-Tololón-, Gonzalo Buenahora se dejaron caer por el Auditorio del Banco de la República, en el centro de Popayán. Augusto Rivera empleaba un trazo á

Un relato de Juan David Muñoz

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Juan David Muñoz en el Festival Gastronómico de 2011 A bro la puerta esperando que alguna de ellas este allí, a punto de timbrar, sonriendo y reclamando ser invitada a una fiesta que ella acabó de inventar; la haría pasar para que viera la bella vista que ofrece el gran ventanal, y bueno, después la historia. Salgo y no hay nadie; espero mientras repican las gotas sobre el concreto. Parece que demoré mucho mi decisión, ahora ya se han ido y tendré que salir, así no me quedo. Entro a buscar algo para cubrirme de la lluvia y mato la botella de whisky que estaba sobre la mesa; salgo casi de inmediato olvidando las llaves dentro, maldigo, pero lo hecho, hecho está. Sobre la acera camino apresurado –como todos los que caminan bajo la lluvia-, de pronto ahí están, en la esquina siguiente. Parecen hacer qué gestos de despedida: besos, palmadas, risas, monosílabos insignificantes. Las tres toman rutas diferentes, sigo a la que parece tiene menos afán y la que izó una sombr

Envío. Un poema de Rafael Albán publicado en La Rueda 7

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La Rueda 7, ilustrada por Rodrigo Valencia Quijano E NVÍO E nemigo de odas, elogios y epitafios, siempre entendí el poema como la encarnación del sufrimiento, la exaltación y el sueño; Mis primeros encuentros con el verso fueron como sucede de ordinario: mucha lánguida luna, mucho cándido amor, mucha clausura de colegio. La noche me enseñó a puñetazos que no se escribe el verso: se taladra Y es la vida la roca que se graba, y es la muerte la herida que se ensancha. Usted sabra excusar si lo importuno, si un viento de pesagio perturba su silencio. Mis pájaros oscuros se niegan a volar en cielo descubierto.  La Rueda 7, Febrero 1985

"Relatos en busca de un título", el nuevo libro de relatos de Felipe Solarte

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F elipe Solarte, periodista de Santander de Quilichao, rodó con La Rueda en los 70´s-80´s y en su libro de relatos que ha publicado en Popayán este año, con Ediciones Popayán-Positiva, recrea los hechos y la voz de los jóvenes de la época, agitada por el ambiente político nacional y las profundas transformaciones culturales de los cuales fueron herederos tardíos. Fueron escritos entre 1979 y 1983, luego de pasar brevemente por la facultad de Medicina de la Universidad del Cauca y de experimentar el quehacer atropellado con los grupos de la izquierda, con su dialética y su desencanto.   Felipe recorrió con La Rueda sus caminos etílico-literarios aunque, como él mismo lo señala en el prefacio del libro, no se atrevió en ese entonces a compartir lo que escribía. Sin embargo, ahora los publica después de treinta años, y los ha retocado pensando principalmente en su valor testimonial.  Es emocionante pensar cómo Felipe Solarte soltó las amarras del viejo maletín don

Otoño en el café-bar, nueva publicación de Oscar Sakanamboy

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E n este relato, la ciudad evocada más no nombrada, y el otoño como una estación no solo del tiempo sino de la vida misma, crean la atmósfera donde Theo, un ser solitario, situado entre el tedio y la desesperanza, busca algún significado a su existencia. El café-bar es el lugar de encuentro para circunstanciales personajes, quienes entran y salen de su vida sin mayor protagonismo . El amor, el desamor, el exilio, la existencia, la falta de secuencia dramática, la realidad ambigua y decepcionante, el absurdo, los recuerdos y apreciaciones literarias y políticas son los temas recurrentes que Oscar Sakanamboy , en un lenguaje cercano a la poesía, quiere que perduren en la memoria colectiva.  Buenos Aires, la mítica ciudad austral, con el lunfardo de sus porteños; sus añoranzas y costumbres constituyen, también, el otro personaje de la nouvelle . Oscar Sakanamboy , médico, fue uno de los integrantes más activos en la primera época de La Rueda. En 1981 con Edici

Un poema de Hilda Restrepo en la Rueda 3

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Palabras Dalí V enían a mí replegadas de sabores y angustias como luces de bengala  sobre la noche... Pegaditas unas a otras, hermanas del misterio, cristales enmohecidos  de tiempo... La poesía femenina en La Rueda

Los cafés de Popayán y de mis viajes

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  Mario Delgado Noguera  E n los setentas, El Café Alcázar, El Zancudo, o La Flauta Mágica eran la herencia y la esencia de Europa mantenidas en el centro de Popayán así como el Palatino lo fue en Pasto . Ahora los cafés son escasos, como si una prematura muerte hubiera saqueado los lugares del debate y del refugio, del espejo y la memoria. Según José Vicente Erazo, el dueño del café era Ignacio León Velasco. Dice que el Alcázar fue el lugar de la vida social de Popayán durante buena parte del siglo XX, un "lugar de encuentro y asilo del poeta, del político y del universitario". En la Universidad del Cauca hay varias cafeterías donde los alimentos hipercalóricos y rápidos dominan el escenario. La atractiva cafetería de Humanidades, con sus mesas de madera, su ventana amplia y su familiar tablero de avisos fue remodelada con el mal gusto de los muebles de aluminio barato que existen en la de Derecho, donde aprendices de abogados miran por el hombro al resto de univers