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Otoño en el café-bar, nueva publicación de Oscar Sakanamboy

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E n este relato, la ciudad evocada más no nombrada, y el otoño como una estación no solo del tiempo sino de la vida misma, crean la atmósfera donde Theo, un ser solitario, situado entre el tedio y la desesperanza, busca algún significado a su existencia. El café-bar es el lugar de encuentro para circunstanciales personajes, quienes entran y salen de su vida sin mayor protagonismo . El amor, el desamor, el exilio, la existencia, la falta de secuencia dramática, la realidad ambigua y decepcionante, el absurdo, los recuerdos y apreciaciones literarias y políticas son los temas recurrentes que Oscar Sakanamboy , en un lenguaje cercano a la poesía, quiere que perduren en la memoria colectiva.  Buenos Aires, la mítica ciudad austral, con el lunfardo de sus porteños; sus añoranzas y costumbres constituyen, también, el otro personaje de la nouvelle . Oscar Sakanamboy , médico, fue uno de los integrantes más activos en la primera época de La Rueda. En 1981 con Edici

Reseña histórica del cerro de las Tres Cruces de Popayán

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  Gonzalo Buenahora Durán La cordillera Occidental desde las Tres Cruces A los conquistadores y cronistas, una de las cosas que les llamó la atención del valle donde iba a surgir la ciudad de Popayán , fue el cerro recostado contra la cordillera Central que tenía forma de M. Tal vez por esa causa decidieron ubicar la plaza de la ciudad enfrente de él. El cerro estaba tupidamente poblado de bosque primario, y hacia allí los indígenas que vivían sobre la suela plana (el templo estaba localizado en el llamado Azafate de Moscopán, más al sur), escaparon apenas tuvieron noticia de españoles en sus predios. Desde el cerro de la M los indios “daban grita” infructuosa sobre los recién llegados, mientras aquellos (los soldados de las huestes de Ampudia y Añasco) merodeaban por el lugar y evaluaban la posibilidad de pernoctar. Lo trataron de hacer el el templo del Azafate, que era de guaduas vivas tan gordas como la cintura de un hombre, pero no pudieron porque la

“Un país que consume más es un país feliz”

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Mario Delgado "El signo estampado sobre cada cuerpo y cada  alma es el precio". Octavio Paz. M arc Augé, un antropólogo francés dice que en el capitalismo el índice de consumo es el índice de salud de un país. Y en España, que está en plena crisis, los diarios que quieren dar un dato alentador, anuncian que las ventas de carros subieron en algunas unidades el mes pasado y cosas así. Se consume un poquito más. Y ese tipo de información que quiere fervientemente ser optimista en medio de las caídas de las bolsas, del incremento del techo de la deuda de los Estados Unidos, de los ataques a los Estados  de bienestar se ha vuelto machacante y llena de contradicciones. E n Barcelona anochece y descanso un poco del trajín de verano cerca de la torre Agbar, sede de una multinacional del agua. Miro las luminarias de diseño que iluminan la plaza de la Farinera, vecina a la imponente torre iluminada de violeta y azul y al moderno tranvía que pasa. Estos tres e

Un poema de Hilda Restrepo en la Rueda 3

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Palabras Dalí V enían a mí replegadas de sabores y angustias como luces de bengala  sobre la noche... Pegaditas unas a otras, hermanas del misterio, cristales enmohecidos  de tiempo... La poesía femenina en La Rueda

Godot, un poema de Oscar Sakanamboy

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GODOT A brí mis ojos en un pequeño y frío pueblo. De niño vivo en otro más grande y caluroso. Quería andar conocer el ancho mundo de los hombres, gasté mi pequeña fortuna visitando templos Óscar Sakanamboy palacios y cuidados parques, elaborados museos.. Crucé mar y cielo en pájaros de fuego perdido en angostas calles placenteras noches de amor. Pero desde hace algunas lunas siento que soy un vagabundo frente a otro como yo bajo la sombra del árbol, parado en un camino que conduce a ninguna parte esperándolo. Me han dicho que vendrá pero al ver pasar las horas y los días los días y las horas tengo esta rara incertidumbre.

A propósito de la serie televisiva La Pola

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A Propósito de la serie televisiva de “La Pola ” Mario Delgado Carolina Ramirez como La Pola enfrenta  al chapetón Sámano,  el actor español Manuel Navarro E n un país con poca memoria como Colombia bien vale el éxito de una telenovela o, más bien de una ficción histórica, en televisión como La Pola. De Policarpa Salavarrieta mis referentes eran escasos: las lecturas entrecortadas en los años del bachillerato, el parque principal en Ipiales, un municipio de Nariño, el billete de dos pesos y luego el de diez mil, la estatua que existe en Bogotá y que la he visto siempre de pasada en medio de un estanque y el nombre masculino de algunos compatriotas costeños. No hay calles que yo recuerde con el nombre de La Pola. Al contrario de muchas ciudades de América y de Europa donde las calles llevan el nombre de personajes y de hechos contundentes de su historia, en Colombia se nombran por anodinos números que poco significan. Pocas lo llevan como la Caracas en Bogotá o la Playa

Un reencuentro luego de treinta años: Una carta de Óscar Sakanamboy

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M ario.  P or esas cosas de la vida me doy cuenta que ahora vives en Barcelona, bella y luminosa ciudad, con su monte de los judios, el puerto, la arquitectura modernista y la catedral inacabada de Gaudí, que conocí en un caluroso julio de 1998 cuando hacia un periplo por la España de Machado y de Picasso y por la vieja Europa. Te he visto en una foto con sombrero de expedicionario, barba entrecana, cámara fotográfica y paisaje difuminado. Pero tambien me emocioné sobremanera al darme cuenta que esos chicos alucinados, contestatarios y bohemios que conformamos La Rueda, todavía damos de qué hablar en el aquelarre cultural de Popayán. Hasta se habla de publicar un libro sobre nuestro grupo, loable labor. He dedicado todo un fin de semana para ponerme al dia y evocar viejas èpocas: el entorno socio-cultural-etilico de que habla Gonzalo Buenahora y la contenida respuesta de Carlos Fajardo desde Bogotá rescatando el aporte literario del grupo y haciendo la critica literaria a los t

Los cafés de Popayán y de mis viajes

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  Mario Delgado Noguera  E n los setentas, El Café Alcázar, El Zancudo, o La Flauta Mágica eran la herencia y la esencia de Europa mantenidas en el centro de Popayán así como el Palatino lo fue en Pasto . Ahora los cafés son escasos, como si una prematura muerte hubiera saqueado los lugares del debate y del refugio, del espejo y la memoria. Según José Vicente Erazo, el dueño del café era Ignacio León Velasco. Dice que el Alcázar fue el lugar de la vida social de Popayán durante buena parte del siglo XX, un "lugar de encuentro y asilo del poeta, del político y del universitario". En la Universidad del Cauca hay varias cafeterías donde los alimentos hipercalóricos y rápidos dominan el escenario. La atractiva cafetería de Humanidades, con sus mesas de madera, su ventana amplia y su familiar tablero de avisos fue remodelada con el mal gusto de los muebles de aluminio barato que existen en la de Derecho, donde aprendices de abogados miran por el hombro al resto de univers