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La ilusión que se va

E n un correo le comentaba a Gonzalo Buenahora que la mala noticia de principios de diciembre del editor principal y el hecho de no conocer lo que estaba pasando con el libro destruyeron nuestra ilusión de publicar este libro. Era una ilusión construida desde hace tiempo pero que había crecido a lo largo del 2009. Incluso la pequeña polémica que se generó con Carlos Fajardo respecto a la poética de La Rueda le daba un buen ambiente a la publicación del libro. Queda por delante retomar entre Gonzalo y yo este proyecto. Gonzalo tiene más tiempo para elegir los materiales y lograr reflejar el ambiente cultural y universitario de Popayán y de la Universidad del Cauca de los finales de los 70's y los principios de los 80's. También tendremos que elegir a alguien que haga un prólogo...

No hay noticias del editor

Y a estamos a 19 de diciembre y salvo el lapidario correo electrónico del editor no hay noticias acerca de la edición del libro. Tampoco he recibido comentarios de Gonzalo o de Carlos Fajardo quién estaba siguiendo de cerca este proyecto. Una de las opciones que he visto factibles es que Felipe haga una cotizacion con un editor contactado en Quito o con las pruebas tentar suerte en Barcelona. Pero hace falta tenerlas a mano y el editor no las ha enviado.

Malas nuevas

  N uestro editor nos dice que por un problema con  la Gobernación del Cauca, dejó sin financiación la colección del 2010 en la cual el grupo Poliedro habìa manifestado incluir, en coedición, nuestro libro. Dice además que él no está en condiciones de asumir costos adicionales y que exploremos otros caminos.

El truquito y la maroma. Cocaína, traquetos y pistolocos en Nueva York.

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J uan Cajas, antropólogo de la Universidad del Cauca y que trabaja en México, presentó en Popayán su libro "El truquito y la maroma. Cocaína, traquetos y pistolocos en Nueva York”  editado en ese país y ganador del Premio Fray Bernardino de Sahagún del INAH .  Existe también una edición disponible de la Editorial de la Universidad del Cauca, de 2009. Carátula del libro de la Editorial Universidad del Cauca En la introducción, Juan Cajas dice sobre su libro : "Estas páginas son la historia de un viaje, la memoria de una expedición antropológica al interior de Nueva York, la moderna capital del siglo XX, el faro mítico en la cartografía imaginaria de los inmigrantes colombianos que le 'ganaron a la vida': puerto utópico del sudamerican dream ". Juan Cajas La política desastrosa que ha llevado Estados Unidos con el tema de las drogas, el narcotráfico, las fumigaciones con Glifosato y la violencia que conllevan, pero esta vez en la ciudad de Nueva York,

El único suplemento de La Rueda fue dedicado a Miguel Hernández.

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El poeta (De rodillas) con otros milicianos, 1937 Mario Delgado M uchos de los integrantes de La Rueda escucharon por primera vez los poemas de Miguel Hernández en las canciones de Joan Manuel Serrat. Y de contera sobre la guerra civil española pues el poeta murió a los 32 años en Alicante, en una de las cárceles del régimen franquista, donde la muerte acechaba y la desesperación colmaba el más mínimo instante. Pero tuvo el tiempo suficiente para enamorarse de las palabras. Y dejar sus poemarios para que décadas después los difundiera Joan Manuel Serrat en un disco inolvidable. De esta manera muchas de las tertulias y noches embriagadas de La Rueda transcurrieron con "Llegó con tres heridas", "Para la libertad", o "Menos tu vientre". Los poemas de Miguel Hernández se tornaron en una metáfora de lo que queríamos gritar en tiempos del estatuto de seguridad del entonces presidente Turbay, algo semejante a la seguridad democrática que se ventila cotidi

Un relato de Rubén Darío Guerrero en La Rueda 3

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DEVASTACIÓN Si la tierra tiembla yo me voy de aquí... (Canción popular) R ecostado se encontraba como todas las noches pisando el andén del establecimiento en donde podía permanecer ajeno al caer del tiempo largo de la espera. El mar que hacía poco tiempo se había levantado en pequeñas crestas enfurecidas de esas que preceden sus besos a las playas, se empezaba a calmar. Olas pequeñas descomponían las lejanas figuras de las estrellas en mil formas luminosas y danzantes. La luna, a lo lejos jugaba con el mar confundiéndose en un pozo de luz y el zumbido de los peces voladores se escuchaba entre el rumor de las olas precediendo a las repentinas zambullidas. El se encontraba muy bien así escuchando además el entrechocar de las bolas que iban y venía sobre la tersa superficie de las verdes mesas, las voces de los que apostaban sus billetes a las cartas, o las de los que como él, simplemente mataban recostados a las barandas las horas de la calurosa noche, minuto a mi

Días de tinta y protesta ¿Qué espero de un libro sobre La Rueda?

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Días de tinta y protesta Mario Delgado Ilustración de Luis Carlos Palacio en la Rueda 2 L o que espero es un libro sobre "el grupo" de La Rueda.  El afán inicial de Gonzalo y mío eran que los textos que habíamos enviado a transcribir en word persistieran en un medio duradero pues las revistas en papel de treinta años se deteriorarían o se perderían. Incluso le planteé a Gonzalo que hiciéramos un blog con esos textos pero poco a poco maduró la idea de un libro y contactamos con Felipe García, poeta del sur del Cauca. Aún no tenemos claro lo que este haciendo Felipe pero la intención "era y es publicar los escritos de la Revista, más los materiales que salieron en El Liberal y otras publicaciones".   Pero creo que debe quedar claro es que el Grupo de la Rueda no se redujo a los siete números de la revista ni sólo a las publicaciones poéticas en sus dos épocas. La revista , que además cultivaba intentos de ensayo y de cuento, era la cara más

La poesía en el grupo de La Rueda, ensayo de Carlos Fajardo

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CARLOS FAJARDO FAJARDO A migas y amigos, he leído con mucho interés las últimas crónicas sobre el ya legendario y recordado Grupo La Rueda , el cual creamos en los tiempos de rebeldía histórica, poética y metafísica en la ciudad blanca de Popayán. Aplaudo con alegría el entusiasmo de tal empresa. Sin embargo, veo con preocupación que en ninguna de las remembranzas escritas por Mario Delgado y Gonzalo Buenahora Durán se nombre a los principales artífices de la poesía que se escribía en el grupo, ni a los tres libros que ejemplifican algo así como la síntesis de las vivencias y exploraciones poéticas de nuestra generación en Popayán. Hablo aquí de los libros Asesinato y otros poemas (1982), de Rubén Darío Guerrero, Días Difíciles (1981) de Oscar Sacanamboy, y Origen de silencios (1981) de Carlos Fajardo Fajardo.   Carlos Fajardo Más allá de realizar un inventario de los contextos socio-culturales e históricos que envolvieron al grupo, lo cual en buena medida ha sido adel

La Revista La Rueda por Gonzalo Buenahora

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Gonzalo Buenahora Durán ¿ L a Rueda? ¿Me pregunta Ud. por ¿La Rueda? En primer término no sé por qué se llamó La Rueda. Imagino que porque todo se repite, o porque la figura sigue los trazos de la sutil y poderosa mente de Dios, pero no tengo ni idea de quién lo hizo ni qué razón tuvo. En segundo término, y es sabido de todos, la revista fue un sugestivo y encantador pretexto para haraganear. En tercero, dio rienda suelta a ciertos espíritus inquietos y reprimidos que ostentaban y ostentan aun hoy en día el dudoso honor de poseer el don de la lucidez. Porque como lo sabe cualquiera, más que todo Alvaro Mutis o Kafka, ser lúcido es una verdadera desgracia. Cristóbal Gnecco en un escrito cuenta todo lo que sucedió, pero yo quiero recalcar algunas vainas. Estaba yo por entonces casado con una mujer maravillosa, pero me aburría verla tejer (las mujere s a veces tejen) día a día una gruesa red. Necesitaba lo que se llama una “válvula de escape”. Un día cayó en mis manos un ej

El café Alcázar de Popayán

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Mario Delgado Noguera "El tiempo implacable, el que pasó, siempre una huella triste nos dejó...qué violento cimiento se forjó...ll evaremos sus marcas imborrables..." Pablo Milanés. A l llegar a España hace tres años cayó en mis manos un pequeño libro de George Steiner . En él se planteaba que Europa, sus ideas y su historia, se habían construido y destruido en uno de los muchos cafés que saltan en la calle para atrapar a quien quiere tomar un café cargado, leer el periódico, hacer una tertulia o pasar un rato principalmente si ya hay frío en las calles. Este filósofo francés decía que los cafés eran uno de los elementos esenciales del ser europeo y de su civilización. Su ensayo me motivó a ser un asiduo de ellos en Barcelona tratando de llenar su carencia en Popayán. La esquina del café Alcázar en el centro histórico de Popayán A finales de los 70 y principios de los 80 era muy importante para el grupo 'La Rueda' el café Alcázar en una esquina céntrica de

El grupo de la Rueda y sus actividades culturales en Popayán

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Mario Delgado Felipe García ha pedido a Gonzalo y a mí que hagamos sendos testimonios de La Rueda. Aquí va el mío. Generación Así era en las endiabladas noches del asombro: luchaba por obtener el pasaporte del sueño Adelante, la compañía de embriagadores y su adorada música de sándalo: el escanciador de soledades en medio, toda la tropa de rapsodas: los ungidos por la vanidad de las palabras, los destronados los invictos en retaguardia, la compañía dejada en el camino, el enlace posible de otros días y más atrás aún, el quieto uniforme de visita, el adormilado ladrón de cafetines, el abandonado Cristóbal Gnecco en La Rueda 5 L a arquitectura colonial y blanca del centro de Popayán, con sus plazuelas y parques, fue el lugar propicio para que un grupo de jóvenes, la mayoría estudiantes de la universidad del Cauca, conformaran un movimiento cultural que llamaron La Rueda.  Eran una curiosa amalgama de hombres y mujeres en sus veintes, pr

Un poema de Cristóbal Gnecco

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El espejo de la historia se ha astillado ya no somos ellos ni somos ya nosotros. Cristóbal Gnecco A hora que ingreso en los espacios derruidos donde sólo las tinieblas se adueñan de las cosas y danzas caducas se bailan al ritmo de violines muertos, me doy cuenta de que también el polvo se acumula en las personas y las cosas que piensan se van oxidando lentamente por no subir por los senderos empinados por no asomarse a la luz del día donde todo se repone y purifica.