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De Germán Mendoza: El cuento perdido de Tomás Eloy Martínez

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 Germán Mendoza Diago L o que más me dolió de la muerte de Tomás Eloy Martínez el pasado domingo, fue que no pude averiguar en qué cuento hay un personaje que, a punto de morirse, decide pasarse al cuerpo de otra persona y desplazarla para continuar viviendo. Tomás Eloy Martínez , escritor argentino, 1934-2010 Me hizo la pregunta hace más de 15 años, cuando salimos de la última sesión de trabajo en la Casa de España, donde nos habíamos reunido nueve periodistas para materializar el viejo sueño de Gabriel García Márquez de fundar una escuela de periodismo en Cartagena. Durante tres días, de 9 a 12 del día y de 2 a 5 de la tarde, hablamos sobre lo que les faltaba a los periodistas jóvenes, lo que no enseñaban en las facultades de comunicación, lo que necesitaban los reporteros para que el oficio recuperara su aliento creativo. El viernes, último día de trabajo, salimos a las cuatro de la tarde, y Tomás Eloy me pidió que lo llevara a las librerías que estuvieran

Popayán en aprietos. Publicado en El Liberal de Popayán, 4 de junio de 2012

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La Ciudad en aprietos Favio Arévalo   Popayán se ha estancado por dirigentes anacrónicos promotores de ciudades infelices. P opayán es una ciudad dotada de condiciones ventajosas frente a otras similares en el país. A su favor cuentan su tamaño, ubicación geográfica, topografía, clima, áreas verdes, portabilidad, etc. Paradójicamente, con tales gabelas su atraso es uno de los más grandes del país. ¿Qué está ocurriendo entonces? Vista área del parque Caldas, mal peatonizado y remodelado a grandes costos De nuestras ciudades capitales, Popayán es tal vez la más gobernable, la más manejable, la menos complicada, la menos intimidante para proyectarla. Pero su deterioro es cada vez más avanzado. Presenta uno de los peores índices de desempleo de Colombia, anarquía en el espacio público, informalidad que campea, críticos niveles de miseria, crisis en servicios públicos, “desmadre” de los actores de la movilidad, caótica acces

'Yo no me río de la muerte". Javier Heraud (1941-1963)

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  Mario Delgado E stoy en Lima , al inicio de lo que se allí se califica de invierno aunque la temperatura no bajará de 18 grados. La sala de exposiciones Miró Quesada esta sobre la bullente calle Larco del distrito de Miraflores. Es un paseo agradable y renovado con restaurantes, turistas y algunas pequeñas librerías. En la Miró Quesada, el visitante se encamina hacia un salón silencioso con una pared pintada de blanco, -una pantalla-,  donde se empieza a sentir un rumor de agua que corre y después se vislumbra lentamente la corriente. Luego, se escucha el sonido de disparos distantes que se acercan e impactan el agua con pequeños chorros líquidos al aire. Los disparos se acercan ominosos y el agua ya es lanzada con violencia hasta que se percibe una ráfaga. Entonces el rostro del joven poeta Javier Heraud aparece conformado por las gotas que son levantadas por las balas en el cauce, hasta dibujarse la cara por completo y luego desaparecer. En las paredes laterales de
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La emocracia global    Carlos Fajardo  Publicado en Le Monde Diplomatique, Edición Colombia, 9 Mayo 2012  " D etrás de los actuales debates teóricos sobre nacionalismo, sobre identidad, sobre política y fundamentalismo religioso, hay un tema oculto: la pasión". La frase de Michael Walser nos ubica en el punto candente de las actuales sensibilidades políticas, donde se organizan las ideologías con base en la emoción pasional de los ciudadanos, gracias a los medios y las lógicas del mercado. La pasión ideológica lo colma todo en el neoconservadurismo actual. Contrario al procedimiento razonable y democrático, que llega a la aceptación de acuerdos, "la pasión –nos dice Walser– es siempre impulsiva, sin mediaciones: lo quiero todo o nada". De esto al fascismo no hay distancia alguna. Sus resultados son los dogmatismos, el terror, las persecuciones, las acusaciones, y, por ende, paranoias y atrocidades. Por lo mismo, la emocracia pas

La desilución de mayo

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El evangelio del capitalismo: Venid y consumid Mario Delgado C on la crisis, cada vez es más numeroso el grupo de europeos que piensan que el modelo económico debe cambiar, que el andamiaje del capitalismo es endeble y que sus promesas no son duraderas pues las crisis se repiten cada vez con mayor frecuencia. Y, por lo tanto, tampoco seguir más con las agotadas recetas de austeridad social que a través de Bruselas, el centro de la Unión Europea, les envía la adalid del dominante capitalismo alemán, la canciller Merkel. Unas recetas que salvaguardan a los banqueros y capitalistas que generaron la debacle a costillas del bienestar de la gente común. Muy pocos de ellos han sido llevados a tribunales por su codicia e irresponsabilidad. La ilusión de que cada europeo podía convertirse en un pequeño capitalista se derrumba con pasos de gigante. Y esta ilusión se deteriora y afecta a varias de las generaciones, entre ellas los jóvenes del sur, -España, Portugal, Italia, G

Una mirada al Ecuador

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Mario Delgado Noguera                                                                     La mudanza del alma no se produce después de la vida, sino durante.                                                                                      Zelfportret van een ander, Cees Noteboom Rafael Correa Buena parte de los colombianos tomábamos al Ecuador como un país menor y por lo general se comentaba el atraso de su industria y su dependencia económica. Los pesos colombianos eran fuertes frente al sucre y podíamos sentirnos como nuevo ricos en nuestras visitas esporádicas. De una manera sobrada, mirábamos por encima del hombro a nuestros vecinos. No era para menos pues en el Ecuador se percibía como un país con un Estado débil en manos de oligarquías que le sacaban provecho, con golpes militares frecuentes, policías brutales y pobreza. Sin embargo, después del inicio del gobierno progresista y de la Revolución Ciudadana liderada por el presidente Rafael Correa , la situación cam

Duquesa y maja, un relato de Oscar Sakanamboy

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                                                          Duquesa y Maja    A ños después, Feuchtwanger, recordaría cada detalle del suceso: Cayetana, la duquesa de Alba, había sido desterrada por orden Real a sus posesiones de Andalucía. Ella se instaló en su palacio de Sanlúcar de Barrameda. Desde el belvedere, se podía admirar el panorama en torno del mismo. En Cádiz, la amplia construcción de estilo árabe con pocas ventanas en los muros blancos, relucientes; los jardines descendían en forma de terrazas y a lo lejos, el Guadalquivir corría presuroso hacia el mar. El paisaje de arenal amarillento, con ralos bosques de pinos y alcornoques; la llanura lejana, a lado y lado de los viñedos y olivares.    La duquesa y el pintor, luego de pasar un corto viaje por la ciudad de Cádiz, regresaron al palacio de Sanlúcar. Solos, a mitad de la escalera entraron a un pequeño y oscuro gabinete. Al abrir las ventanas, se inundó de luz el lugar; había un solo cuadro en el desolado cuart

Juan Delgado, Andar

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J uan Delgado es mi hermano y acaba de cumplir 50 años. En junio del 2005 con el apoyo de la Dirección de Cultura de la Alcaldía de Pasto, publicó un libro de poesía llamado "Andar".  La portada es una pintura de Javier Lasso y el prólogo lo escribió Arturo Bolaños. Uno de sus poemas : Perdidos en un laberinto sin tolerancia asfixiados en un mismo tiempo y espacio, en el circulo de la guerra queda la sensación del caos, la certidumbre de reconstruir la torre de babel ya no para tocar el cielo sino para reconocer nuestras voces. Entre sombras de humo navega la esperanza perdida en un campo ensangrentado. No obstante persiste en correr el velo y darse a la lluvia y el sol.

El cine que veían los de La Rueda

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E l cine de los sábados en el cineclub de los Buhos de Popayán fué el lugar de encuentro de los amantes del cine de La Rueda. El cineclub funcionaba en el teatro Anarkos del centro comercial, el único en ese entonces. El Mono Mendoza se preciaba de ser un entendido y regularmente escribía una crítica, a veces ácida, en la Página Literaria de El Liberal que él dirigía. No le importaba ir sólo a las salas de Popayán como un verdadero cinéfilo. Varios repetíamos una y otra vez la película que nos había gustado. El problema era la plata para la boleta pues los bolsillos se vaciaban con prontitud el viernes en la noche. Esto producía cierta búsqueda insaciable en los ahorros de los más inesperados amigos. Charlotte Rampling, fotografía de Helmut Newton En la columna Marcha de la Cultura de la Página Literaria del periódico El Liberal de Popayán, se puede recrear los ambientes alrededor de las entradas de los desaparecidos Teatro Anarkos y Teatro Popayán. 

Pequeñez, un poema de Emily Dickinson

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E s cosa tan pequeña nuestro llanto; son tan pequeña cosa los suspiros... Sin embargo, por cosas tan pequeñas  vosotros y nosotras nos morirnos.

Envío. Un poema de Rafael Albán publicado en La Rueda 7

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La Rueda 7, ilustrada por Rodrigo Valencia Quijano E NVÍO E nemigo de odas, elogios y epitafios, siempre entendí el poema como la encarnación del sufrimiento, la exaltación y el sueño; Mis primeros encuentros con el verso fueron como sucede de ordinario: mucha lánguida luna, mucho cándido amor, mucha clausura de colegio. La noche me enseñó a puñetazos que no se escribe el verso: se taladra Y es la vida la roca que se graba, y es la muerte la herida que se ensancha. Usted sabra excusar si lo importuno, si un viento de pesagio perturba su silencio. Mis pájaros oscuros se niegan a volar en cielo descubierto.  La Rueda 7, Febrero 1985

Los baby teachers: hijos del neoliberalismo

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Carlos Fajardo   Carlos Fajardo H ijos del neoliberalismo –en realidad neoconservadores- han sido educados para obedecer, aceptar y aplicar las ordenanzas de un capitalismo mordaz. Alabar y no rechazar son sus slogans. Con tales actitudes aspiran a fortalecer los regímenes antes que a mostrar sus debilidades.  Son los nuevos técnicos del pensamiento. Alfabetizados en las tecnologías, han hecho de éstas un tótem supremo desde las cuales creen conocer en profundidad el mundo, la realidad del mismo. Despolitizados, des-socializados, individualistas y tecnócratas, se estremecen ante la palabra confrontación. Seguidores del pensamiento utensiliar, son monaguillos que vuelven culto los reglamentos autoritarios de la educación. Son los baby teachers de las universidades: eficaces, eficientes, autómatas bilingües, “todo terreno”, choferes de las tecnologías. Gestionan sin queja la dictadura normativa de las llamadas investigaciones universitarias. Hijos del neoliberalismo, baby t