Popayán a finales de los 70s


Mario Delgado N

"El modo más cómodo de conocer una ciudad es averiguar cómo se trabaja en ella, cómo se ama y cómo se muere" 
  
A. Camus, en La Peste.


Calle de la Ermita, antes del terremoto de 1983


Popayán a finales de los 70's era una ciudad provinciana cuya vida giraba alrededor de la Universidad del Cauca. Los estudiantes que llegaban de varias regiones de Colombia le daban un colorido al acontecer y un aire más cosmopolita que otras ciudades de la provincia andina colombiana después del Frente Nacional. Popayán había sido una de las ciudades claves para la conformación de Colombia. Había nacido allí uno de los personajes históricos más importantes para el país en el siglo XIX, Tomás Cipriano de Mosquera, secretario de Bolívar, reformador liberal que fue por dos veces presidente de Colombia. Varios próceres y familias criollas importantes, asimiladas por fuertes palancas y parentescos a la burocracia estatal, tenían su origen en Popayán y el aire que se respiraba era el de una ciudad decadente pero que todavía poseía un peso específico en el acontecer nacional. Popayán, según un poema de Gustavo Wilchex, era una noble y vieja tía venida a menos que no se quiso ir a vivir a Bogotá por miedo a los divorcios y a los ascensores.

En medio del olor a excremento equino con el que empañetaban las viejas casas del centro histórico antes de blanquearlas con cal, bastaba con ver desfilar con emperifolles y saludos a granel a los importantes popayanejos del acontecer nacional a la entrada del Teatro Municipal en los conciertos tradicionales de Semana Santa. Esta elite en decadencia se cuidaba además de mantener las apariencias y el pasado de opulencia basado en la esclavitud y la minería. Es palpable observar que, por ejemplo, la estatua de José Hilario López, quien promulgó la Abolición de la Esclavitud en 1851, se la descuida y se la esconde en un rincón del parque del Humilladero y, en cambio, la de Julio Arboleda, conservador, promotor del terror y contrario a la Abolición, aun se mantiene en el parque muy visible al lado del área cultural del Banco de la República en el centro de la ciudad.


Manuel Quintin Lame




Benny Moré

Pero, además de los problemas entre las clases en la misma ciudad de los cargueros, había graves y crónicos conflictos de tierras entre los terratenientes caucanos y los indios que desde la colonia no se habían doblegado a los españoles y sus descendientes. Manuel Quintín Lame fué uno de los líderes paeces o ahora Nasa, que luchó por su territorio y organizó el pensamiento indígena. Las clases dirigentes, el estamento blanco de Popayán y del Cauca, con apellidos entremezclados y árboles genealógicos similares y comunes,  como dice Jaime Cárdenas, estaban "refugiadas en sus latifundios y en la voracidad por la burocracia y el erario", y, "registraban incluso a la violencia en su bitácora".




Popayán a finales de los 70 era una ciudad mestiza con una vida cultural prolija, amante al mismo tiempo de la música clásica y de los boleros caribeños -en la foto el gran Benny Moré-, y contaba con una fama en el resto de Colombia de ser una ciudad culta. Durante la Semana Santa se podía disfrutar al mismo tiempo de la música tanto popular como la llamada culta.

En esa ciudad andina con calles coloniales, de domingos asombrosamente quietos, de atardeceres pasmosos, donde los popayanejos se aburrían sabroso, con su barrio de malandros lunfardescos y tangos de trastienda, sus veredas de indígenas y guarapo, un ferrocarril que la comunicaba con Cali y que fue ominosamente levantado; en esa ciudad de casas blancas y faroles que se prendían manualmente a las seis de la tarde, convergieron a finales de los 70 en torno a la revista de La Rueda varios estudiantes pastusos, costeños, caleños, tolimenses, algunos profesores con veleidades de escritura y proclives a la rumba de caña y otros picantes.

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