Elisabeth Costello envejece
Mario Delgado
Quienes volvemos constantemente, sin importar los lapsos del tiempo, a los libros del escritor surafricano J.M. Coetzee, estamos familiarizados con Elisabeth Costello, su personaje literario de profunda sensibilidad que salta entre sus libros y que dice que no le interesa el amor sino la justicia. Que es una inquieta escritora que se preocupa y vive en permanente cuestionamientos por la convivencia humana con otras especies, y que con sus posturas desafiantes y francas hace reflexionar sobre la experiencia humana.
JM Coetzee, foto en The Guardian |
En uno de sus relatos del libro "Siete cuentos morales", la escritora pasa un tiempo de vacaciones con sus dos hijos, una hija y un hijo, que viven a grandes distancias de Brisbane, donde ella ha estado viviendo y envejeciendo. En el relato ha ajustado 72 años, y los hijos le proponen cada uno por su lado llevarla a vivir a sus respectivas ciudades. Elisabeth Costello se resiste y aunque sabe que pronto dependerá de otras personas para su cuidado, no accede.
Envejecemos tanto el personaje, el mismo autor y sus lectores que nos hallamos cautivados por sus escritos, entre los que me cuento. Deploramos la situación por la que atraviesa el mundo, sabemos que nuestras quejas y reclamos no tienen ecos, somos escépticos del futuro, pero al mismo tiempo, pensamos que en esta etapa vital, queremos aprender a saber morir.
Coetzee es un maestro que empuja las fronteras del lenguaje y la mente, y su obra es un tapiz de pasión y dilemas humanos, en este caso quizás el dilema mayor: la muerte, que se extiende en cada acto cotidiano con más significados y valoraciones por el corto lapso que va quedando.
Comentarios