La Universidad Tecnológica del Chocó pugna por salir del ojo del huracán
La Universidad Tecnológica del Chocó pugna por salir del ojo del huracán
Mario Delgado
El arribo por aire a Quibdó, la capital del Chocó, es caer en cuenta de la enorme barrera montañosa de la cordillera Occidental que separa esta región del Pacífico colombiano de la región andina. De la ventana del avión se ven las montañas aguzadas y picos azulosos y, ya en la llanura, se ve una enmarañada y densa selva tropical, con caños que bajan desde el occidente al río Atrato. El río es turbio y como el cielo de esta región generalmente esta nublado, no refleja sino los grises de las nubes. La sensación al llegar al aeropuerto "El Caraño", es la de aislamiento de esta región.
En la parte más antigua de la ciudad, fundada a mediados del siglo XVII, sobresale la enorme catedral, el bunker del palacio episcopal y los edificios de los poderes gubernamentales de una urbe que bordea los cien mil habitantes. El malecón construido para contener, imagino, las crecientes del río, es corto, al frente de la catedral, con escalinatas para el atraque de las embarcaciones, la mayoría pequeñas, potrillos y lanchas desde donde se divisa la otra orilla del Atrato y los atardeceres que rompen el cielo plomizo, con destellos que provienen del cercano mar. En esta parte el río no parece tan caudaloso como lo describían en las clases de geografía del antiguo bachillerato. Sin embargo, ya en el norte es notable por el gran caudal de sus aguas.
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Universidad tecnológica del Chocó, Diego Luis Córdoba, sede Quibdó (Fuente: Cambio) |
Lejos del centro, distante diez minutos del centro de la ciudad en auto, en medio de un panorama de
incertidumbre y cambios abruptos, esta la Universidad Tecnológica del Chocó (UTCH),
Diego Luis Córdoba, cuya sede principal está en Quibdó. Se
encuentra en medio de una tormenta administrativa y legal que ha sacudido
sus cimientos. La institución, vital para el desarrollo educativo del
departamento del Chocó, ha sido víctima de un sistema de corrupción enquistado
en sus directivas, donde se han evidenciado desvío de recursos, actos
autoritarios, manipulación de procesos administrativos y la prolongación ilegal
de periodos directivos. A esto se suma la violencia por parte de grupos
internos y externos a la universidad que han impedido su funcionamiento,
llegando incluso a la quema de archivos y la intimidación de quienes luchan por
la transparencia de la universidad.
La situación se complicó aún
más cuando el Tribunal Administrativo del Chocó, que ha actuado en connivencia
con las cuestionadas directivas, decretó la suspensión provisional de los
efectos jurídicos de la Resolución No. 011010 de 5 de julio de 2024 del
Ministerio de Educación Nacional, que había designado a Vanessa Sánchez Ruiz
como rectora reemplazante.
Sin embargo, el 12 de febrero
de 2025, el Ministerio de Educación, a quien se le exigía pronta acción, emitió una
esperada comunicación dirigida a Fabio Magdaleno Asprilla, quien se venía
desempeñado de manera transitoria como rector encargado de la UTCH y que
pertenece a la administración cuestionada del ex rector David Mosquera. En el documento, se le informaba sobre la revocación de una medida cautelar que
había suspendido su reemplazo, permitiendo así que Vanessa Sánchez asumiera el
cargo de rectora reemplazante a partir del 17 de febrero de 2025.
Este cambio en la rectoría era una necesidad perentoria para la
supervivencia de la universidad que ha estado cerrada por casi cinco meses. La
sede de Quibdó, pintada de amarillo y ocre, con amplio coliseo, rodeada de jardines con la exuberancia tropical de su vegetación, no ha sucumbido aun al
deterioro. La UTCH había estado bajo la lente del Ministerio de Educación
debido a las irregularidades y problemas administrativos y se esperaba su
acción contundente. La Resolución estableció
una serie de condiciones administrativas que la universidad debe cumplir para
corregir su rumbo. Entre
las exigencias se encuentra la elaboración de un informe detallado sobre la
situación financiera, de talento humano, contractual y académica de la
institución.
Vanessa Sánchez, quien ahora asume la rectoría, enfrenta el reto de liderar
una universidad en crisis. Su nombramiento ha sido recibido con esperanza, que
ven en ella una oportunidad para implementar cambios necesarios y recuperar la
confianza en la institución. No obstante, el camino no será fácil. La nueva
rectora deberá recuperar la UTCH y cumplir con una serie de condiciones
impuestas por el Ministerio de Educación, y enfrentar la fea sombra de la
corrupción que ha empañado la reputación de la UTCH.
La UCTH se encuentra en un momento decisivo. La gestión de la nueva rectora, -o mejor renovada-, será definitiva para que la universidad supere sus problemas y retomar su
misión de ofrecer educación de calidad a los jóvenes del Chocó. La comunidad
universitaria, las organizaciones sindicales el Ministerio de Educación y la
sociedad en general estarán atentas a los próximos pasos de esta historia,
esperando que la UTCH pueda resurgir y cumplir con su papel en el desarrollo
del departamento.
El contexto en el que se encuentra la UTCH no es menos desafiante. Quibdó,
según un podcast del portal La Silla vacía, esta demarcada en cinco zonas de pandillas
movidas por el desempleo y el hambre que han llegado a una tregua
que ojalá se prolongue después de la fecha límite de marzo. En el sur del departamento la población civil enfrenta una grave crisis de seguridad. Según un artículo del diario
El Tiempo del 13 de febrero de 2025, los enfrentamientos entre el ELN y el Clan
del Golfo, por el control del río San Juan, han dejado a más de 3400
desplazados, que han huido de las balas y el accionar violento de estos grupos
teñidos de narcotráfico. Esta situación de violencia y desplazamiento agrava
aún más las condiciones de vida en la región, afectando directamente a la
comunidad universitaria y a la población en general.
En este entorno de conflicto y corrupción, la UTCH debe encontrar la manera
de ser una guía de esperanza y recuperación, evitando la corrupción en las administraciones. La tarea de Vanessa Sánchez no
solo será administrativa, sino también social, buscando que la universidad sea
un símbolo de resistencia del pueblo chocoano. La historia de la UTCH es, en
muchos sentidos, la historia del Chocó: una lucha constante por superar la
adversidad y construir un futuro mejor.
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