Una carta de Hernán Bonilla al sabio Caldas a propósito de los cambios hechos en el parque de su nombre, el principal de Popayán
Popayán, 15 de febrero 2010. E stimado Francisco José. Antiguo billete con la imagen de Francisco José de Caldas Desde estas veredas tropicales en las que comenzamos a transitar por la segunda década de este siglo XXI, pero que parecieran dar lugar a un nuevo camino: el de las postrimerías de la vida en el planeta (veredas ayer frescas y casi frías, hoy ardientes y sofocantes); desde esta tierra que, según dicen, guarda tus huesos y te vio nacer, envío esta carta hasta el fondo de tu tumba, más allá del Panteón en el que te encontrabas, más allá de tus huesos, usando para su escritura una máquina asombrosa llamada procesador de texto. En un tiempo que no se medir, llegará la correspondencia a tus manos y como siempre, te resistirás a abandonar el descanso eterno y atender la lectura semanal de tan mamotrético asunto. Estás en tu derecho; más cuando te enteres de que quien te escribe soy yo, Victoriano Lorenzo, accederás a su lectura: en tu sabiduría conoces q