Caminando con Pacho
A yer, en medio de la cotidianidad de los mensajes digitales, recibí una tarjeta con la invitación al funeral de Francisco José Paz Orozco. Al ver el nombre no lo reconocí de inmediato, pero cuando observé la fotografía, supe que se trataba de Pacho Paz, como lo conocíamos quienes tuvimos el privilegio de compartir su amistad. Nunca estamos verdaderamente preparados para esas despedidas definitivas, y menos aún cuando asistimos, como dijo un escritor caribeño, al incesante desfile de quienes pertenecen a nuestra generación. Curiosamente, esa misma semana había recordado esta frase ante la partida de otro colega. Con la noticia, mi primera reacción fue enviar un mensaje a Mario Delgado, quien me la había compartido. Después también lo hicieron Ricardo León Paz y María Cecilia Velásquez. A Mario le escribí: “Qué triste la partida de este amigo, tan lúcido y con una profunda conciencia ecológica, social y ciudadana.” Recordé, con nostalgia y gratitud, las caminatas de los domingos que com...